Para el conocimiento de la vida y obra de un filósofo, el conocimiento de su correspondencia suele tener una importancia decisiva. En el caso de Ortega y Gasset, la publicación de las Cartas de un joven español y la correspondencia con Unamuno fueron decisivas para entender el período de formación del filósofo madrileño antes de Meditaciones del Quijote. La edición por parte de Gesine Märtens de la correspondencia entre José Ortega y Helene Weyl nos abre otra faceta de la vida de Ortega nada desdeñable, incluso más apasionante que las anteriores. Si en las primeras se nos abría la formación del Ortega de veinte años al Ortega de en torno a los treinta, ahora tenemos acceso a amplios aspectos de