
La historia vista desde la perspectiva de un antisistema
El ensayo es un género muy elástico. Permite afirmar cosas sin probarlas y argumentar sin referirse a premisas claras y, sobre todo, sin marcar límites a las conclusiones. Quien mucho abarca, poco aprieta. Querer presentar una historia del mundo occidental en un siglo ya es una empresa algo desmesurada y, sobre todo, si pretende ser polémica y sentenciar a la vez a políticos, filósofos, literatos y economistas. La humildad y meticulosidad académicas no caracterizan precisamente esa forma de exponer los hechos. Si es verdad lo que dice Josep Fontana en la contracubierta, y la intención del autor «ha sido construir una máquina de guerra para demoler pieza a pieza los mitos del “siglo de las Luces”», se necesitan armas de más calibre y no limitarse a ensartar una serie de anécdotas mal hilvanadas. Arremeter de esa forma global sólo puede sorprender y levantar admiración en incautos. De entrada, no se concreta qué mitos afectan historiográficamente al siglo XVIII.