Cuando el pasado se parece al presente
Introducción
A todos nos ha sorprendido el actual episodio de contagio que azota el mundo y hemos acusado la falta de experiencia en catástrofes de tal magnitud. Tal vez estábamos demasiado ensimismados, confiados en que el avance de la ciencia, los logros tecnológicos y la calidad de nuestros estándares de vida nos prestaban una total protección y eran una barrera infranqueable. En pleno siglo XXI, cuando la biomedicina augura que se puede prolongar la vida hasta los ciento cincuenta años o se empieza a cuestionar que la búsqueda de la eternidad es una utopía, un ser microscópico, diminuto, al parecer, incluso en relación con otros virus, nos ha colocado delante del espejo y nos ha devuelto nuestra propia imagen. Nos ha hecho ver de golpe la fragilidad y vulnerabilidad de nuestra existencia