
Franz Kafka: génesis de una mirada
En el verano de 1911, dos amigos que pasaban juntos unas vacaciones de varias semanas recorriendo Suiza y el norte de Italia se percataron de que las guías de viaje Baedeker, aunque indudablemente útiles, carecían de mucha información detallada y provechosa sobre las particularidades de los lugares que permitieran a los cada vez más frecuentes viajeros estar al corriente de numerosos aspectos prácticos y, con ello, arreglárselas de un modo más económico y eficiente. Una guía que cumpliera tales requisitos, y que fuera editada en diversos idiomas, depararía seguramente pingües beneficios a los autores de la empresa.