Ángela Molina
En los borradores del gran libro de la vida de La Amazona no existe ningún personaje llamado Natalie Clifford Barney. Aparece sólo la imagen de una mujer de larga cabellera «como un halo glorioso alrededor de un semblante pálido» que solía «pasar a galope tendido llevando junto a sí a un segundo caballo sujeto a otra rienda […]. De pie, con las riendas en la mano izquierda y el látigo en la derecha, urgiendo a los caballos a aumentar más la velocidad, pasaba volando por las calles de tierra». Acto seguido, lanzaba su grito de guerra y de conquista: «Quiero ser, a la vez, el arco, la flecha y la diana». Durante casi un siglo, un rápido y amargo siglo,
Desde 1996 nuestro propósito es transmitir, a través del comentario bibliográfico, opinión cultural de altura a un público lector, muy formado y con intereses más amplios que los correspondientes a su especialidad.