España y Europa en un entorno de inestabilidad global
He de agradecer la oportunidad de pronunciar estas palabras ante una audiencia tan cualificada y, desde luego, hacerlo en representación de los colegas que hoy ingresan conmigo en la institución. Lo siento por ustedes, pero este será el primer coste de oportunidad en que incurrirán al prescindir de las consideraciones de ellas y de ellos, que, a buen seguro, serían más valiosas que las mías.
De lo único que puedo atreverme a hablar, y no será demasiado, es de economía. Pretendo compartir con ustedes la inquietud asociada a un entorno internacional plagado de amenazas que pueden condicionar el comportamiento de la economía española en los próximos meses. Es mi intención destacar el alto grado de dependencia que el bienestar de los españoles, de la evolución de su renta por habitante, mantiene de las condiciones exteriores y, en particular, del área con la que compartimos moneda, banco central y reglas esenciales de comportamiento fiscal y financiero. No en vano, la economía española es una de las más abiertas de Europa por todos los indicadores al uso: comercio exterior de bienes y servicios, inversiones extranjeras en España y las de empresas españolas en el extranjero.