Cataluña: el asalto al lenguaje
Es bien conocido que apenas dos años después de la derrota del nazismo, el filólogo alemán Viktor Klemperer publicó un libro de formidable importancia –titulado LTI. Notizbuch eines Philologen– que documentaba, a partir de las notas tomadas diariamente por su autor desde la llegada de Hitler al poder, base también de un diario personal de varios volúmenes publicado en 1995, la resignificación del lenguaje llevada a término por la maquinaria política nazi. Lingua Tertii Imperii: la lengua del Tercer Reich. O, como explica él mismo, el «habla del nazismo»: desde el empleo constante del «heroísmo» asociado al militarismo a la «maldición del superlativo» que caracteriza su discurso político. Klemperer analiza con frialdad cómo el totalitarismo hitleriano logró acabar con la noción de verdad pública y distorsionar el empleo de las palabras para hacerles decir lo que sus dirigentes querían que dijera. «¡Cuántos conceptos y sentimientos han deshonrado y envenenado», lamenta. Y nosotros, setenta años después, sólo podemos asentir con tristeza.