Francisco de Goya: El albañil herido
Hacia 1786, Francisco de Goya y Lucientes ya había viajado a Italia y ya había comenzado a trabajar para la Real Fábrica de Tapices, realizando cartones de formas suaves y temas intrascendentes. Influido por Watteau, cuya obra sólo conocía por reproducciones, los personajes no son aristócratas, sino una versión idealizada de las clases populares, donde prevalece la misma intención festiva y costumbrista que en los sainetes de Ramón de la Cruz. En fin de cuentas, los tapices estaban concebidos para decorar las estancias reales de los Borbones.