
Si todo fuera tan sencillo
La salida de la crisis es algo relativamente sencillo, al menos para Krugman. La crisis es el resultado de una caída de la demanda agregada que ha generado un gran exceso de capacidad y altos niveles de desempleo. Esto, a su vez, ha resultado en un círculo vicioso en el que el creciente desempleo ha generado una mayor caída de la demanda. La solución pasa por revertir este círculo vicioso, convirtiéndolo en uno virtuoso mediante más gasto público que cubra, al menos en el corto plazo, la caída de la demanda para que eventualmente el sector privado, individuos y empresas, se anime a consumir e invertir. En esta versión simple del modelo keynesiano, el incremento del gasto público estabilizaría la actividad económica, evitaría una recesión prolongada y sería sustituido con el paso de los meses por demanda privada, teniendo un impacto relativamente modesto en el nivel de deuda pública a PIB. Cabe destacar que la prescripción del autor es sólo válida para Estados Unidos, ya que, como él mismo afirma en el brillante capítulo dedicado al viejo continente, los problemas de Europa son de distinta índole.