1 abril, 2002
Crear PDF de este artículo. Manuel Altolaguirre se hace muy presente en la lectura de Los aires difíciles, no sólo porque el título procede de uno de sus poemas de Soledadesjuntas («Haberme muerto antes / para sentir tu ausencia / en los aires difíciles»), también por el detonante de la trama de la novela, un accidente de tráfico, como en el que murió el poeta en 1959, y, sobre todo, porque los dos personajes principales viven de una forma que se parece mucho al exilio. (No es la primera vez que una ficción de Almudena Grandes se nutre de un poema o de un poeta, ya sucedía en su relato «Malena, una vida hervida», que se apoyaba en Cesare Pavese).
Crear PDF de este artículo. Los primeros episodios de Los estados carenciales tienen lugar en una pintoresca academia fundada por un mecenas llamado Viliulfo, nombre extravagante para el Platón que organiza reuniones mayéuticas en medio de la jungla de cemento madrileña y no en un jardín ateniense. La narración se inicia con la llegada a ese centro de autosuperación de Ulises, un pintor treintañero separado de su mujer, Penélope, el cual se encarga, además, del hijo de ambos, Telémaco. Hay que tener mucho valor, y no poca seguridad en sí mismo, para empezar una novela con el reto de manipular una tropa semejante, marcada en su onomástica por tan llamativos estigmas clásicos. Pero aún hay más. Cada uno de los
Crear PDF de este artículo. Ignoro si, realmente, abril es el mes más cruel. Pero sí sé que, mientras hace brotar lilas de la tierra muerta, mezcla recuerdos y deseos y estimula las perezosas raíces con lluvias primaverales, el mundo celebra a Cervantes y Shakespeare, dos que ya dijeron casi todo por escrito. Abril es, también en este país, el momento del año en que tradicionalmente se vuelve a hablar de libros y de lo que les rodea: se acerca el día en que los regalamos con la rosa, los premios principales se han concedido, volviendo a poner la literatura –o su espectáculo– en los medios, se publican encuestas sobre hábitos de lectura, se ultiman los programas de novedades de
Crear PDF de este artículo. La novela de Josefina Aldecoa El enigma enfrenta al lector, en efecto, con un hondo e inquietante enigma: «¿por qué en algunos casos la relación entre iguales y superiores funcionaba y en otros no? ¿Por qué?… Era un enigma». La verdad es que la narradora resuelve el enigma, con muy adecuado sentido de la oportunidad, en las últimas páginas de la obra. «Sólo los seres inseguros, vanidosos, inmaduros desean tener al lado admiradores incondicionales, por vulgares que sean. Esa puede ser la clave del enigma.» Así parecen ser, pues, los seres que necesitan «tener al lado una mujer inferior». Establecer con rigor la tipología de las parejas humanas, hombre y mujer, póngase por caso, no
Crear PDF de este artículo. Casi en la estela de una corriente del cine español tan nutrida que podría incluso instituirse como género (la de la nostalgia de la niñez y la recreación de sus alrededores, con películas como Secretos del corazón, de Armendáriz, o El año de las luces, de Fernando Trueba, entre otras muchas), la última novela editada por Tusquets del gaditano Felipe Benítez Reyes –La propiedad del paraíso– es un viaje al pasado donde la ficción (entendida no sólo como terreno consustancial a la narrativa) envuelve y presta sus brillos a la memoria. A diferencia de los títulos cinematográficos mencionados, en los que la revisión de la infancia sirve también para mostrar la realidad que habita, poco
Crear PDF de este artículo. Tanto Rorty como Altieri han elegido el término contingencia para aludir a un clima de inmanencia materialista que inunda cierta filosofía y poesía contemporáneas. En ambos, la contingencia se identifica con la exhibición de la carne de la escritura: tendones retóricos, musculaturas verbales y otras hebras. Pues bien, la escritura de Barja es así rabiosamente contemporánea. Juan Barja (La Coruña, 1951) es un materialista genuino. Estudiar a Adorno, traducir a Rabelais y memorizar a Vallejo son tres actividades que cabe ejecutar por turnos. Si se mezclan, el ejecutor puede verse arrastrado a derroteros de utopía. Voz cada vez más concreta y contingente la de este poeta, traductor y editor, que ha tocado ya palos muy
Crear PDF de este artículo. En la memoria de quienes se educaron en la inmediata posguerra todavía quedan vivos versos de los Pequeños poemas de Ramón de Campoamor, leídos quizá, como los de Gustavo Adolfo Bécquer, Gabriel y Galán o Rubén Darío, en la colección de libritos de bolsillo de Reconquista. Algunos más ancianos habrán podido leer y releer la antología de Campoamor publicada en la colección de lectura popular Los Poetas (1922). De todas formas, sospecho que hoy quedan bien pocos lectores de Campoamor. Sin embargo, la historia política y el mundo social del liberalismo decimonónico están siendo objeto constante de rescate, y sus literatos más conspicuos, que fueron sepultados por los jóvenes de la generación finisecular, son objeto
Crear PDF de este artículo. El nombre verdadero de Vincenzo Cardarelli era Nazareno Caldarelli (Tarquinia-Viterbo, 1887-Roma, 1959). En la ciudad etrusca de su nacimiento se le recuerda con un monolito en donde está cincelado el poema «A mi tierra»: «Tierra mía natal / perdida para siempre. / Paraíso en que viví / feliz y sin pecado, / y me fueron amigas / las culebras del heno / más que luego los hombres. / […] ¡Tan lejos estás, tan lejana! / A cambio de volver y de anularme en ti / hasta la muerte me sería grata» (de Poesías; traducción de Ángel Crespo). Nació en el seno de una familia muy modesta y su padre se ocupaba del bar de la
Crear PDF de este artículo. Una extendida tendencia a razonar sobre las cosas a partir de su nombre puede llevar a muchas confusiones. Quizá la relatividad de Einstein sea el ejemplo más notable. Su nombre fue una elección desgraciada, pues lo que afirma en realidad es que, a pesar de la multiplicidad de perspectivas de los distintos observadores, sí hay cosas absolutas válidas para todos, y son nada menos que las leyes de la naturaleza. Pero razonando sobre la palabra relatividad han surgido muchas interpretaciones sin base, sustentando relativismos éticos o de otras índoles, en la creencia de que Einstein quería decir simplemente que «todo es relativo». Al caos o al movimiento caótico le ocurre algo parecido, «movimiento no integrable»
Desde 1996 nuestro propósito es transmitir, a través del comentario bibliográfico, opinión cultural de altura a un público lector, muy formado y con intereses más amplios que los correspondientes a su especialidad.