
Denegados, descorazonados
Una cualidad muy común de los libros de ensayo norteamericanos es que especulan poco y, a menudo, exponen sus puntos de vista mediante narraciones testimoniales. De ahí, significativamente, que este libro se presente, doblemente, como un ensayo y como una novela al estilo de Richard Sennett en La corrosión del carácter.