Reflexiones para una sociedad posterrorista
El terrorismo de ETA ha hipotecado la vida española durante más de medio siglo, pero también ha servido para que el país madure y explore modos nuevos de afrontar y gestionar las adversidades. La experiencia de quienes han tenido responsabilidades de carácter político o policial revela que los errores han sido compatibles con aciertos y con apuestas creativas y generosas para solucionar el problema de la violencia. Las víctimas echan en falta una «foto final» con vencedores y vencidos, y algunos miembros de ETA de la primera hora lamentan que su pretendida lucha antifranquista creara el monstruo al que después costaría tantas décadas derrotar. Estas y otras reflexiones las expusieron algunos testigos cualificados durante un reciente encuentro celebrado en Madrid.