
Caminar como conocimiento
La mente se expande más allá del límite físico de nuestro cuerpo, los paisajes existen dentro y fuera de nosotros. De la misma manera, la superficie del cuerpo es permeable: permeable a la mente que fluye hacia el exterior y al paisaje que penetra hacia el interior. Esta idea constituye el tema central de Las viejas sendas, de Robert Macfarlane, la tercera entrega de una trilogía vagamente unida sobre cómo nos afectan los paisajes.
Macfarlane es consciente de que sólo existe un camino para explorar dicha tesis: caminando. El autor y el lector sólo podrán conectar con las ideas relevantes, las historias, leyendas, anécdotas y observaciones siguiendo los senderos que abundan en su obra y sobre el terreno. Si no existe un límite preciso entre paisaje y mente, tampoco existe otro entre paisaje y literatura.