José Portolés
Todos sabemos que Bill Gates no emplea a las mismas personas para la creación del software y para persudir a los clientes de la bondad de sus productos o, si se ponen las cosas difíciles, para convencer a los tribunales antimonopolio. Los primeros son expertos en lógica; los segundos, en argumentación retórica. Sin embargo, evidencias como esta no han impedido que, desde el siglo XVII, la retórica haya caído en el descrédito científico. John Locke, en su intento de construir una filosofía paralela a la nueva ciencia que desarrollaba Newton, presentó las argumentaciones propias de la Escolástica como esencialmente falsas y su método retórico como contrario al verdadero conocimiento. Fue el propio Locke quien opuso las argumentaciones científicas a las
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