Prótesis para las lenguas incompletas
Hace algún tiempo, la editorial Txalaparta traducía y publicaba un libro de relatos de Mia Couto: Cronicando. Ya entonces se indicaban las semejanzas no casuales que unían a este autor mozambiqueño con el uruguayo Eduardo Galeano. Esa intención gemela no se reducía al tratamiento innovador del lenguaje, sino que se contagiaba al estilo saltimbanqui, y a veces afectuosamente agresivo, con el que descomponían la realidad penosa de sus países y de sus compatriotas. Ambos han mestizado –porque las condiciones de vida se lo «permixigen»– el modo de entender la fractura que iba produciéndose a su alrededor. En la desgracia, ninguno de los dos quiso renunciar a la risa. Así combaten su propio dolor y alivian el de los otros. En