Taxistas y proletarios de Egipto: ¡leed a Dostoievski!
Tras un período marcado por cierto costumbrismo estilístico, se ha confirmado ya, en la literatura egipcia, una tendencia robusta hacia la búsqueda de nuevas técnicas y modos de expresión narrativa. Autores consagrados como Ibrahim San’a Allah, Muhammad al-Busati, Eduard al-Jarrat o Bahaa Tahir, por citar algunos, han ido puliendo y afinando su ya de por sí estilo innovador; al mismo tiempo, las hornadas de jóvenes escritores que tarde o temprano terminan confluyendo y bregando en El Cairo hacen gala de una concepción propia y particular del quehacer literario. Esta predisposición a plantearse cuestiones estilísticas y teleológicas que, quizás, resultaban extrañas a sus antecesores, confiere a sus trabajos un cariz especial. Un caso prototípico de esto lo encarna, sin duda, el