
Contra el parlamento
Europa está padeciendo hoy el temporal de los populismos, de movimientos cuyos dirigentes son personas que, penosamente, están quitándose las legañas de la ignorancia, pero que creen haber descubierto los arcana imperii. Gozan, aunque no sean creyentes, de la gracia de Dios tal como la explican los afortunados que la viven: como un resplandor repentino que, al abatir las tinieblas, permite la entrada a chorros de la ideología creadora y liberadora. Liberadora de los saberes heredados, de la tradición, de todo aquello que nos ha legado el pasado como piedras preciosas nacidas de la sedimentación del tiempo, estuche de enigmas.