En primera línea
Aparecen las memorias de Carlos Robles Piquer, servidor del Estado –commis d’État, dicen en Francia–, con gusto por la política y la cultura. Una vida en la que sobresalen tres facetas: la diplomática, que vertebra su existencia; la de alto responsable del Ministerio de Información y Turismo en la época de Franco, al lado de su titular y cuñado, Manuel Fraga, en el período de la entonces aperturista Ley de Prensa; y la vida política, en la que será diputado autonómico, senador y eurodiputado. Robles es ministro de Educación en el primer Gobierno de la monarquía, director de Televisión Española y del Instituto de Cultura Hispánica entre 1981 y 1982. También fue embajador en Libia y en Roma. Es la