Practicar historia
Lo que un buen libro siempre reclama es ejercicio, para quien lo escribe y para quien lo lee. El que nos ocupa practica un modo de proceder que problematiza lo que cabe entender por la historia; entender y hacer de ella y con ella. Más aún, son precisamente ciertas prácticas de los historiadores las que trastornan las posiciones de cuantos dan demasiado por presupuesto en qué consiste la tarea. Desde el estilo de lo planteado por el conocido título de Paul Veyne ¿Cómo se escribe la historia?, se reconoce que, con cierto aire impersonal, también las prácticas se escriben y se cuestionan. Así se modifica la pregunta inicial, que ya no es, sin más, por la historia sino, en concreto,