
El cristianismo exterminador
La crítica que aparece en la solapa del libro es elogiosa: las grandes cabeceras de periódicos (The Times, The Guardian) destacan el carácter audaz y provocador de la autora, pues consideran que aborda un tema de «historia aceptada» con coraje y mezcla de academicismo y periodismo. El libro se describe como el relato, en parte desconocido, de cómo una religión militante destruyó deliberadamente las enseñanzas del mundo clásico.
Una de las primeras preguntas que debemos hacernos es si el tema, en efecto, es desconocido, extremo en el que disiento. La historia de la intolerancia que han arrastrado «las religiones» no es nueva y, por desgracia, no dejará de serlo. Cuando la creencia (que, en esencia, debe ser íntima, individual y tolerante) se convierte en fanatismo (que es, por naturaleza, destructor e impositivo) deja de ser creencia. Lo que cada uno crea es independiente de si conduce al Bien como último fin.