Víctor Catalá: un orden de fatalidades determinadas
Crear PDF de este artículo.El caso de Caterina Albert es bastante especial en la literatura española. Una escritora con talento innato para las letras y las artes, dotada de intuición y la cualidad mágica de la «asociación», que Robert Frost consideraba el quid de la verdadera poesía, se lanza al ruedo literario catalán en 1898 con un monólogo desgarrador (La infanticida), gana un premio que luego se anula al descubrirse su identidad y, viendo que el mundillo literario de la Ciudad Condal le da la espalda por ser mujer y abordar asuntos impropios de una fémina, se convierte en Víctor Català. Independiente, sin padrinos (el poeta Joan Maragall será de los pocos que la animen, al igual que Josep Torras i