
Un centrista decimonónico
Leopoldo O’Donnell y Joris (1809-1867) fue uno de los militares que desempeñaron un papel político de primer orden en la España del siglo XIX. Fue el fundador de la Unión Liberal y presidente del Gobierno en tres periodos: unos meses de 1856, entre 1858 y 1863, y entre 1865 y 1867. En este sentido, su figura es comparable a las de los generales Baldomero Espartero y Juan Prim, en el Partido Progresista, o a Ramón María Narváez, en el Partido Moderado. Fue uno de los llamados «espadones» del reinado de Isabel II, a los que acudieron todos los partidos, conscientes, como dijo el moderado Francisco Javier de Istúriz, de que «en la España actual ningún partido puede hacer nada sin el tambor, y toda la habilidad está en hacerlo tocar en las propias filas». Y es que, como constatara el republicano Emilio Castelar, al acabar el siglo, desde 1820, «todos los cambios políticos trascendentales se habían fraguado en España en los cuarteles». Los «espadones» estuvieron al frente de los grandes partidos no porque fueran destacados ideólogos o estrategas políticos –Prim sí fue esto último?, sino porque eran militares con prestigio e influencia entre sus compañeros de armas, y eso era lo que contaba.