La violencia de la desilusión
Un desencuentro que oculta otros varios, una historia en apariencia simple que se va complicando, una vida anodina que devendrá en rica, un pavoroso desierto de sentimientos y soledad –África Anglés– que estalla como un volcán, una pormenorizada exposición del ámbito familiar y sus fantasmas… Todo esto y mucho más es lo que fluye, con intensidad y medida, por el caudaloso torrente narrativo que Fernando Schwartz expone en El desencuentro, novela que –con merecimiento frente a lo que el premio nos tiene acostumbrados– se ha hecho con el «Planeta» del 96. Sobre la evocación y el recuerdo, en parte arteramente fijado por escrito –carta y diario–, el autor ha construido una densa historia de soledad y apariencias, atravesada de manera