
El Estado suspenso
Estamos a 20 de octubre de 2017. Y sucede que los hechos han sobrepasado y dejado en gran parte caduco el contenido de este libro coral que reseñamos, publicado en el mes anterior al esperpéntico referéndum del 1 de octubre, y bajo la premisa aceptada por sus autores de que tal acto ni tendría lugar ni debería tenerlo. Es decir, escrito sobre el suelo firme de un Estado de Derecho que lleva (¿llevaba?) aproximadamente cuarenta años de vigencia en este territorio llamado España. Ese Estado de Derecho había predicho (las normas jurídicas al final no son sino haces de predicciones encadenadas y garantizadas que nos permiten a las personas construir nuestro plan de vida autónomamente) que esa consulta pública no se celebraría por ser manifiestamente contraria a los principios constitucionales. Se celebró. El orden fracasó al intentar impedirlo. Y, además, quedó acomplejado e inerme después de ese fracaso: no más coacción, no más fuerza. A partir de ese momento vivimos en la incertidumbre acerca de dónde vivimos.