nacionalismo Página 12
En la cuidada introducción de J. Miguel Esteban es perceptible una considerable irritación, que confieso compartir, con los lugares comunes que cierta izquierda europea suele manejar en relación al pragmatismo liberal estadounidense. Tal vez la lectura de este libro contribuya a despejar la multitud de malentendidos que suelen inundar las discusiones cuando aparecen juntas las tres palabras. Porque, en efecto, liberal no es lo mismo que neoliberal, pragmático no significa maquiavélico y estadounidense no es sinónimo de reaccionario. «Liberalismo y acción social», así como el resto de los ensayos seleccionados, son textos de defensa militante del liberalismo pragmático escritos por John Dewey entre 1935 y 1940. Malos tiempos aquellos para liberales y demócratas. Y es en esos malos tiempos en
En el humus de una doble tendencia de nuestra reciente narrativa –el culturalismo y el relato histórico– crece la vigorosa, espléndida, sorprendente y excesiva primera novela de Antonio Orejudo, Fabulosas narraciones por historias. Revuelta o disuelta en mil anécdotas menudas, tiene una trama original y provocadora: Ortega y Gasset quiso ser novelista tradicional, pero su incapacidad para el género le lleva a montar un tinglado artístico –y, de paso, comercial, pues hay mucho dinero en juego–, la fundación de una «Generación Poética de los Años Veinte» que impida el desarrollo de cualquier otro tipo de relato que no sea el vanguardista y deshumanizado y que hunda la novela realista en el descrédito y la ignorancia. El centro de acción del
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