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Con elegante ironía decía Willi Apel en la introducción a la primera edición de este diccionario, allá por el año oscuro de 1944, que esperaba que su obra fuese consultada de manera semejante a como suele hacerse con los dentistas: «In the case of emergency only». Con frecuencia este consejo ha sido seguido al pie de la letra por muchos representantes del prolífico gremio ibérico de escribidores y gacetilleros de música: un somero examen de la dentadura que exhiben complacidos estos personajes permite cerciorarse sin lugar a dudas de su congénita pereza de acudir al sacamuelas ni aun en caso de emergencia extrema. Esta alergia a la higiene bucal contrasta con su inveterada afición a los datos, acumulados con entusiasmo
Peter Bürger es un teórico e historiador de la literatura conocido sobre todo por su Teoría de la vanguardia (1974), un libro significativo que fue traducido al castellano trece años después (1987, en Península), y en cuya larga estela se encuentra, indudablemente, esta Crítica de la estética idealista. Tanto aquella estela como los años transcurridos (la primera edición alemana es de 1983) comprometen algo el valor de este libro; la primera porque encorva su punto de vista y le hace perder ángulo de visión; los segundos porque ponen de manifiesto en él algunas carencias. Se podría alegar que éste será un problema, si lo es, para el lector de hoy. Pero no es así: aunque el libro merezca con creces
Que toda historia es historia contemporánea resulta fácil de comprobar en un país como el nuestro donde el peso de las llamadas nacionalidades históricas es tan desequilibrante que no hay mirada hacia atrás en el tiempo que no pretenda reproducir el papel que juegan hoy en la vida española, olvidando que su preponderancia presente tiene una datación que no va más allá de una centuria, coincidiendo más o menos con la fundación de sus partidos nacionalistas respectivos y con el grave decaimiento moral del conjunto que cuenta además con el símbolo de una fecha precisa, la de 1898. Sólo a esa luz se explica que hayamos aceptado con tanta naturalidad cambios de nombres de provincias, y hasta de regiones, sin
Desde 1996 nuestro propósito es transmitir, a través del comentario bibliográfico, opinión cultural de altura a un público lector, muy formado y con intereses más amplios que los correspondientes a su especialidad.