
¿Quién demonios era Frankie Lymon?
En 1942, cuando el sindicato de músicos estadounidense decretó su gran huelga, Frank Sinatra no era más que el vocalista principal de la orquesta de Tommy Dorsey, que competía con muchas otras big bands que también tenían vocalistas de primera. Los empresarios musicales se dieron cuenta de que la prohibición de actuar y grabar no intimidaba a los cantantes y, reuniendo algunos coros afroamericanos como acompañamiento, convirtieron a estos solistas en estrellas independientes. Y, poco a poco, Sinatra –en cuyas apariciones se produjo por primera vez el desencadenamiento apasionado del público femenino– llegó a ser «la voz», el indiscutible jefe de filas de «la tradición de la música popular norteamericana», que contaba con una larga lista de grandes compositores (Gershwin, Porter, Arlen), orquestas (Goodman, Ellington, Miller) e intérpretes (Bessie Smith, Billie Holliday, Armstrong, Fitzgerald, Crosby).