El artista de sí mismo
Se conoce el tópico: los españoles no han sentido nunca la necesidad de escribir diarios o memorias. Pueblo atropellado y olvidadizo, actúa a tontas y a locas, sin aprovechar la experiencia. Por eso cada generación y cada individuo parte de cero, y en vez de sentirse identificado con un legado y deudor de una forma de continuidad, se enfrenta a un proyecto vital que habrá de inventar de raíz. El tópico, enarbolado por la crítica progresista, ha servido para demostrar que ellos, los progresistas, son los únicos que piensan y recuerdan en este pueblo de improvisadores y desmemoriados. Pero todo lo desmiente. Aquí se inventó el género de la vida, con obras maestras como las de santa Teresa o las