Vernon Walters, general del ejército de los Estados Unidos, desempeñó, además de las propias de su origen profesional, varias e importantes funciones en la vida política estadounidense durante las cuatro décadas de la Guerra Fría. Fue director adjunto de la CIA, embajador en Alemania y en las Naciones Unidas y, permanentemente, consejero e intérprete lingüístico de varios presidentes de su país. Uno de ellos, Richard Nixon, lo envió a España en 1972 para que se entrevistara con el general Franco a fin de averiguar qué sería de nuestro país tras la muerte del dictador. Walters narró la entrevista en un libro de memorias (Silent Missions, Nueva York, Doubleday, 1978) y amplió lo allí escrito en una entrevista que publicó el diario ABC. Walters, que a regañadientes había aceptado el complicado encargo, encontró al jefe del Estado español dispuesto a especular sobre lo que pasaría con el país después de su fallecimiento aun antes de que su interlocutor hubiera tenido tiempo de explicarle la delicada misión. Afirmó casi sin solución de continuidad: «Yo he creado ciertas instituciones, nadie piensa que funcionarán. Están equivocados. El príncipe será rey, porque no hay alternativa. España irá lejos en el camino que desean ustedes, los ingleses y los franceses: democracia, pornografía, drogas, qué se yo. Habrá grandes locuras, pero ninguna de ellas será fatal para España». Al mostrar Walters extrañeza por la seguridad con que se manifestaba Franco, el dictador explicó que «voy a dejar algo que no encontré al asumir el gobierno de este país hace cuarenta años: la clase media española».