
El libro es la vida
En un libro como este resulta inevitable que se plantee desde el principio, como forzoso punto de partida, la tradicional dicotomía entre leer y vivir, entre los libros y la vida. Lo hace así Andrés Trapiello, en su ajustado prólogo, cuando comienza planteándose: «¿Leer, vivir? […] ¿Deja de vivir quien lee, deja de leer quien vive?»