justicia Página 2
Para Nussbaum, las teorías de la justicia deben ser abstractas, poseer un grado de generalidad y una fuerza teórica que les permita ir más allá de los conflictos de su tiempo, aunque tengan su origen en esos conflictos.
¿Cómo se destruyeron y destruyen las Indias? La remisión desde el título de este nuevo libro de Bartolomé Clavero a la famosa relación de Bartolomé de las Casas parece anunciar que nos encontramos ante una relectura de la conocida obra del obispo de Chiapas
La administración de justicia ha sido sociológicamente –no digamos ya filosófica o políticamente– considerada como un centro inquebrantable de la modernidad. Durkheim colocaba al derecho restitutivo en el núcleo mismo del vínculo social moderno, materializado en su solidaridad orgánica, y Weber hacía coincidir el avance de la razón misma con el de la legitimidad racional-legal. La juridificación de la vida social ha sido así considerada sinónimo de bienestar, de perfección en las formas de convivencia y de progreso civilizatorio. Sin embargo, en los últimos años, coincidiendo con ese borroso concepto epocal que hemos venido denominando postmodernidad, hemos asistido también a un evidente descentramiento de ese lugar seguro y confiado de la justicia y un sinnúmero de señales de alarma resuenan
El fenómeno del llamado «activismo judicial» de la «judicialización de la política», de la «montée du droit» y de la conservación de éste en un nuevo eje de la vida política en la sociedad europea ––Francia, Bélgica, Italia, sobre todo– y española ha dado lugar en estos últimos años a una literatura tan abundante como variopinta y, las más de las veces, interesada y superficial, cuando no simplemente escandalosa, de la que hasta ahora muy pocas enseñanzas podrían extraerse. El libro de Laurence Engel, Lemépris du Droit, pone por vez primera el dedo en la llaga y apunta al corazón del problema, a sus causas últimas, desde su propio título. Si el derecho ha pasado súbitamente a primer plano, si
El 11 de septiembre de 1973, al derrocar al presidente constitucional de Chile, Salvador Allende, el general Augusto Pinochet Ugarte produjo su primera revolución. Veinticinco años más tarde, el 16 de octubre de 1998, cuando el juez español Baltasar Garzón le dictó auto de prisión provisional incondicional y orden internacional de detención, el general Pinochet dio lugar a una segunda revolución. La primera revolución, que tuvo a Pinochet como sujeto activo fue antijurídica porque, en virtud de ella, el Derecho retrocedió ante la fuerza. La segunda revolución, que tuvo a Pinochet como sujeto pasivo fue ultrajurídica porque el Derecho traspasó sus límites tradicionales para derrotar a la fuerza. Pero al extremarse hasta el punto en que un juez español hizo
Es seguro que Platón, al describir en Las Leyes la ley como ese hilo conductor, de oro y sagrado, que el hombre como ciudadano nunca debe abandonar, había superado su anterior versión de la justicia como un principio que da a cada uno lo suyo por otra en la cual la ley es un artificio que, en general, cimenta las mejores regulaciones posibles entre los ciudadanos. También lo es que no llevó sus tesis al extremo de afirmar que los derechos son bienes públicos que exigen la existencia de impuestos para financiar su ejercicio. Esa es, en resumen, la opinión defendida por estos profesores de las Universidades de Princeton y Chicago. Para Holmes y Sunstein el término «derechos» encierra dos
Ralf Dahrendorf observó hace ya tiempo que el mundo jurídico ejercía sobre Jürgen Habermas «una gran fascinación», hasta el punto de «convertirse en los últimos años en el tema central de sus investigaciones». Ese mismo autor aventuraba entonces una explicación plausible: la doble mirada lanzada por Habermas sobre el derecho le permite verlo «como una forma esclerotizada de acuerdo sobre cuestiones básicas de la convivencia social, pero también como el reto siempre nuevo en el difícil proceso de legitimación mediante razones» Ralf Dahrendorf, «Zeitgenosse Habermas», en Merkur, n.º 6, 1989, pág. 480. . Si queremos profundizar algo más en el porqué de esa fascinación intelectual, nos encontramos con todo un cúmulo de razones que podemos hallar dispersas en distintos lugares
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