Impaciencia democrática
Dentro de un par de meses llegará a los cines españoles BlacKkKlansman, la última película del cineasta norteamericano Spike Lee, que tan buena acogida recibiese en el pasado Festival de Cannes. Tiempo habrá de volver sobre esta pieza de género policial que narra una asombrosa historia real: la infiltración de un agente de policía negro en el Ku Klux Klan de Colorado Springs en la década de los setenta. Al igual que ha hecho en otras ocasiones, Lee enmarca la ficción con imágenes documentales: si Malcolm X se abre con imágenes de la brutal paliza policial a Rodney King que provocó los disturbios raciales de Los Ángeles en el verano de 1992, en esta ocasión son las manifestaciones ultraderechistas de Charlottesville del año pasado las que sirven como apostilla a la narración. Y también aquí, como hiciera en la sobresaliente Bamboozled, Lee reflexiona sobre la representación de la negritud en el cine clásico y su influencia sobre los estereotipos raciales: de El nacimiento de una nación a Lo que el viento se llevó.