Los dos hermanos von Humboldt son figuras centrales de la modernidad: Wilhelm, por sus estudios sobre las lenguas y la introducción de la investigación en la universidad; Alexander, por su presentación de la naturaleza americana y de las culturas precolombinas, la concepción integrada de la naturaleza, su cosmopolitismo y su escritura entre la ciencia y el arte. Ambos fueron realmente sabios universales, ejercieron una enorme función de extensión del conocimiento desde los principales círculos científicos y culturales del mundo de entonces: Londres, París y Berlín. Eran, sin embargo, dos personalidades muy distintas: Wilhelm, sosegado, sedentario y con dominio de sí mismo; Alexander, impetuoso, capaz de desplegar una actividad frenética, obsesionado por viajar, explorar, estudiar y comparar, y hablador impenitente. En todo caso, siempre estuvieron en contacto a través de una ingente correspondencia, y Alexander, entre viaje y viaje, era siempre bien acogido en la casa de Jena de su hermano mayor y su mujer Carolina (salvo ocasionales reticencias cuando llevó algunos amigos íntimos).