El año de 1998
El año de 1998 ha ido añadiendo cruces al territorio de la cultura portuguesa y de mi memoria afectiva, cada vez menos zoco animado y más silencio y cementerio. Han muerto –por ahora– Wanda Ramos, que me había dado cita en Palma para estas mismas fechas, Carlos Eurico da Costa, ciudadano número arena-pantera de la ciudad de Palagüin donde consta que había cumplido hace tiempo las 6.753 botellas de edad, José Mª Lima de Freitas, el sabio que hablaba con Osiris del problema del número en Almada Negreiros y que pintaba en cifra, y, en fin, José Cardoso Pires (¿y ahora, José?), el penúltimo bardo de la República de los Cuervos, el del abrazo pronto y el corazón de par