Ortega y el franquismo
Hace unos años el establishment filosófico se convulsionó con las revelaciones de la profunda connivencia de Heidegger con el nacionalsocialismo. De un tiempo a esta parte, con resultados más o menos escandalosos, le ha tocado el turno de la desmitificación, o al menos la controversia sobre sus actitudes políticas y ciudadanas, a pensadores tan dispares como Jean-Paul Sartre, Simone de Beauvoir, Bertolt Brecht, Bertrand Russell o el recientemente fallecido Ernst Jünger. Siendo obviamente distintas las circunstancias de cada uno de los implicados, la clave de la polémica era la misma en todos los casos: ¿hasta qué punto las debilidades o incoherencias personales (pero no privadas) afectaban a sus obras y, sobre todo, a la consideración global que se les había