
Le Brun contra la multiplicación de lo anodino
Hay dos claras corrientes de pensamiento diferenciadas sobre los resultados de la globalización económica de los últimos cincuenta años. Está quien destaca cómo han prosperado sociedades subdesarrolladas, véase China, hasta alcanzar salarios industriales similares a los de varios países europeos, y están quienes creen que sólo ha servido para enriquecer a unos pocos a costa de la explotación salvaje de todos los trabajadores del mundo, en particular los de esos países menos desarrollados. No son del todo excluyentes ambas valoraciones, pero Annie Le Brun está alineada firmemente con la segunda. No en vano, proviene del movimiento surrealista, que, si por algo se caracterizó, fue por su enmienda a la totalidad del mundo.