China vive tiempos interesantes. No es que no haya pasado antes por otros. Desde el movimiento del 4 de mayo de 1919 ha tenido tal vez demasiados: guerra con Japón, guerra civil, Gran Salto Adelante, Gran Revolución Cultural Proletaria, Tiananmén 1989. De hecho, la única etapa pacífica de los últimos cien años parecen haber sido los últimos cuarenta. Han sido los años del despegue económico de China del que todo el mundo se hace lenguas.
Para George Magnus, con Xi Jinping se ha abierto un nuevo ciclo de turbulencias. Magnus es un economista británico independiente entre cuyos méritos se cuenta haber apuntado en 2006 que el sistema financiero internacional estaba a punto de entrar en un momento Minsky, es decir, en una fase de brusco desplome de sus activos financieros. Antes de este libro había escrito otro que le ganó merecido respeto como demógrafo (The Age of Aging. How Demographics are Changing the Global Economy and Our World, Nueva York, John Wiley & Sons, 2008), pero actualmente es China el asunto en el que prefiere centrarse.