Me he acordado de la película tras leer el testimonio publicado en la red por Moses Farrow, hijo adoptivo de Woody Allen y Mia Farrow. El texto trata sobre las terribles acusaciones dirigidas por la segunda contra el primero: haber abusado sexualmente de Dylan Farrow, hija adoptiva de ambos, hace veinticinco años. Aunque dos investigaciones independientes concluyeron entonces que la acusación ?que nunca llegó a los tribunales? era falsa, Allen se ha convertido en los últimos meses en una víctima colateral del movimiento #MeToo. Bajo el nuevo clima cultural, los ataques a Allen por parte de su hija Dylan y la propia Mia Farrow han cobrado una sorprendente actualidad, recibiendo el respaldo de numerosas actrices de Hollywood. En una edición del programa matutino del domingo en la CBS, Oprah Winfrey se reunió ?tras su discurso de denuncia de la discriminación sexual en Hollywood durante la gala de los Globos de Oro? con actrices como Natalie Portman, Reese Witherspoon, Kathleen Kennedy o America Ferrara y, entre otras cosas, se convino allí que «había llegado la hora» para Allen. «Yo te creo», dijo Portman de Dylan, o a Dylan, ante la cámara. Otras actrices, como la aclamada Greta Gerwig, han anunciado que jamás trabajarán con Woody Allen a pesar de su vieja admiración por él. Y Amazon, obligada contractualmente a distribuir la película que Allen ha dirigido para el estudio, estudia la manera de romper lazos con él. Allen, en suma, está acabado.