El efecto nocebo

Frente a la presencia generalizada del concepto «efecto placebo» en nuestro discurso cotidiano, tendemos a olvidar el no menos relevante concepto contrario: el «efecto nocebo». Es frecuente que, en ensayos clínicos según el protocolo de «doble ciego», un cierto número de pacientes abandonen el ensayo aduciendo que padecen efectos secundarios. Una fracción significativa de quienes así lo hacen no han podido experimentar tales efectos, porque se descubre a posteriori que pertenecían al grupo que estaba recibiendo un placebo. Estamos ante lo que se llama el efecto nocebo, una interferencia que va en contra de los beneficios potenciales del tratamiento médico.

Ahora, Alexandra Tinnermann et al. han investigado si la información valorativa del medicamento, como, por ejemplo, la relativa a su precio, puede modular el efecto nocebo y la dinámica de los circuitos neuronales subyacentes. Estos investigadores han utilizado la evolución de las imágenes cerebrales para caracterizar los circuitos involucrados en la hiperalgesia asociada al efecto nocebo, dentro de la ruta del dolor que desciende del córtex prefrontal a la médula espinal.

La información sobre un medicamento, como puede serlo el precio que figura en la etiqueta, puede modificar significativamente el procesamiento del dolor y reducir el efecto terapéutico. Además, esta información puede incluso afectar negativamente a quien no está tomándolo en un experimento a ciegas. Lo sorprendente es precisamente que, cuanto mayor es el precio, mayor es la hiperalgesia asociada al efecto nocebo.

El efecto nocebo está mediado por interacciones neurales entre córtex, tallo y médula espinal. En el caso concreto del efecto del valor del medicamento, la modulación está estrechamente ligada con la actividad en el córtex prefrontal. Los autores sugieren que la respuesta observada puede representar un mecanismo flexible mediante el cual las representaciones altamente cognitivas pueden modular el procesamiento temprano del dolor.

El artículo comentado se refiere a los medicamentos, pero se nos ocurre que podría investigarse por los mismos métodos qué ocurre con la publicidad perversamente negativa que los defensores de los alimentos ecológicos, mucho más caros, dispensan a los alimentos convencionales, más baratos. Habrá que esperar si las observaciones experimentales confirman o no nuestras intuiciones de uno u otro signo.

* Francisco García Olmedo es redactor y voz narradora del blog. Jaime Costa colabora en la prospección y documentación de los temas.