Buscar

TEATRO MEDIEVAL 1

Teatro medieval. 1: El drama litúrgico

EVA CASTRO

Barcelona, crítica (Páginas de Biblioteca Clásica), 1997

338 págs.

image_pdfCrear PDF de este artículo.

Este volumen de «Páginas de Biblioteca Clásica» se revela como el más innovador y universal del conjunto, pues el fenómeno del drama litúrgico (algunos estudiosos prefieren hablar, lisa y llanamente, de ceremonias religiosas) excede el ámbito de las letras hispánicas –ya que la lengua de estas obras es el latín– y el de la simple historia literaria –pues se trata de piezas sacras destinadas al canto y al espectáculo religioso en el marco arquitectónico que brindaban iglesias y catedrales–. Hay que contar, por lo tanto, con otras dimensiones adicionales: la religiosa y cultual; la musical, himnódica o melódica; la dramática o espectacular, con implicaciones de lo más diverso, y finalmente la artística, en su conjunción con todas las artes plásticas que intervienen en dicho fenómeno. Por supuesto, el énfasis del presente volumen se pone sobre el drama litúrgico desde un punto de vista literario, aunque a la editora tampoco se le escapen las otras vertientes a las que acabo de aludir.

Desde que el benemérito padre Donovan llevara a cabo su rastreo de estos materiales por toda España (el resultado fue su libro The Liturgical Drama in Medieval Spain, Toronto, 1958), nadie había osado enfrentarse de nuevo a una segunda batida y a un nuevo estudio, a pesar de que el tiempo no ha pasado en balde, pues conocemos nuevos testimonios manuscritos de esas composiciones litúrgicas en la Península y se ha producido un considerable avance en su estudio global desde diferentes enfoques. La tarea tendría que abordarla, primordialmente, un latinista que se hubiese fogueado antes en el rico universo de la literatura mediolatina; pero las cosas no han podido salir mejor, ya que la profesora Castro ha dedicado hasta aquí toda su energía a trabajar con tropos y dramas litúrgicos, tal como se desprende de dos libros previos: la que fue su tesis de doctorado, Tropos y troparios hispánicos, del año 1991, y su Introducción al teatro latino medieval, de 1996. Ahora tras esta tercera entrega, la profesora de Santiago de Compostela se revela como un valor consolidado, como la gran especialista española en la materia.

El interés por estas composiciones, frente al general olvido de la mayoría de los textos latinos de la Edad Media entre los romanistas, se ha debido a que en ellas se buscaba, por sus virtudes miméticas y su temprana cronología, el origen del teatro occidental tras la hecatombe de la escena clásica. Pero lo que comprobamos es que, con independencia de cuál sea nuestro parecer a ese respecto, estas breves obras litúrgicas merecen consideración per se. Y lo cierto es que nunca hasta ahora se nos habían ofrecido tan cómodamente reunidas y tan sabiamente presentadas, una vez establecida una transmisión oral y libraria variada para explicar unas tradiciones manuscritas que surgen ante nuestros ojos tan tortuosas como peculiares. Por lo que a mí respecta, confieso que comprendo mucho mejor el complejo mundo de los dramas litúrgicos tras leer este libro de Eva Castro.

Como señalé hace tiempo, el origen de estas joyitas hemos de situarlo en el marco hijas del prerrenacimiento carolingio algo que viene avalado por su cronología, coincidente con esa importante transformación cultural y con la penetración de la regla de san Benito por toda Europa; a esta que podemos llamar «clave benedictina» atiende precisamente la editora para explicar la génesis y expansión del drama litúrgico desde el centro del continente hasta una zona tan extrema como la Península Ibérica. Tropos y dramas nacieron por razones teologales, para potenciar la liturgia, aunque al estudioso de hoy se le antoje que las cosas fueron de un modo diferente y concluya que, con tales composiciones, el hombre medieval satisfacía sus ansias miméticas en el espacio cerrado que más frecuentaba, el de iglesias y catedrales. Así las cosas, el orto del teatro medieval tendría su explicación en tendencias de tipo poligenético, una tesis que hasta era la comúnmente aceptada; a estas alturas, no obstante, observamos los hechos con mayor cautela.

El encuentro entre la lectura de los clásicos y esta nueva literatura dramática se produjo en el marco natural de las escuelas precisamente por los siglos en que tuvo lugar esa profunda transformación cultural que va desde la época de Carlomagno al prerrenacimiento del siglo XII , cuando el drama litúrgico ve la luz, evoluciona y penetra toda Europa; de hecho, los primeros y escasos comentarios que asocian el teatro clásico con los dramas litúrgicos son hijos de esa última centuria, pues el siglo de las universidades es también el más rico en el desarrollo y formación de estas piezas litúrgicas. La validación en investigaciones sucesivas de las tesis de Hardison obliga a matizar el verbo evolucionar de que acabo de servirme, pues muchas de las variedades de la Visitatio Sepulchri que se revelan más elaboradas corresponden, de forma paradójica, a fases muy tempranas, y al contrario, con lo que se traiciona la teoría evolutiva de uso común en otros tiempos.

Lo más fascinante del volumen es la revisión de esa teoría general en cada uno de los testimonios hispánicos de los ciclos de Semana Santa y Navidad, lo que permite perfilar nítidamente este fenómeno literario en el conjunto de la Península. Los textos se ofrecen, y es algo que enriquece esta edición, en las principales versiones y no sólo a través de sus hipotéticos arquetipos, convenientemente arropadas por los documentos oportunos. Sólo en este apartado podría quien abajo firma haber añadido alguna que otra referencia de interés al volumen, de lectura tan aconsejable para el especialista como para el estudiante menos avezado, que dispone de traducción para cada una de las obras incluidas.

image_pdfCrear PDF de este artículo.

Ficha técnica

4 '
0

Compartir

También de interés.

Confesiones vascas