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La partícula divina

LEON LEDERMAN

Traducción de Juan Pedro Campos Crítica, Barcelona, 1996

392 págs. 3.990 ptas.

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Es éste un libro magnifico y además diferente. El autor es un físico experimental de altas energías de primera categoría, y explica los conceptos fundamentales de su disciplina con notable frescura y autoridad. Su sentido del humor muy americano, y lo campechano de su estilo, pueden resultar empalagosos en ocasiones, pero creo que globalmente facilitan la lectura del libro. Siendo yo mismo un físico teórico, no puedo dejar de apreciar las jugosas comparaciones que hace con los granjeros que llevan a los cerdos a coger trufas: los físicos teóricos son los granjeros que llevan a los cerdos a un sitio donde quizás haya trufas. Naturalmente, los experimentales son los cerdos que realmente encuentran las trufas. Y los granjeros inmediatamente se las quintan… Lo realmente único de este libro, y que comparte con otros similares, como el de Monod, o el de Watson y Crick, es el haber sabido explicar de manera convincente lo difícil que es adquirir información experimental fiable, que es lo único que puede hacer avanzar la ciencia positiva. El hecho de que el autor haya participado activamente en esta búsqueda es, sin duda, lo que origina que su relato tenga esa fuerza y capacidad de convicción que sólo posee lo auténtico. Es curioso que en la página 365 se reproduzca exactamente la misma cita de Russell que en el libro de Barrow. La cita, sobre la soledad del hombre que no acepta consuelos más allá de su inteligencia, es justamente famosa. Las glosas, desgraciadamente, suelen ser banales. Tampoco en este caso ha habido suerte con las ecuaciones de Maxwell. En la página 123 hay un error de signo, y en vez de derivadas variacionales, deberían haberse escrito derivadas parciales. En resumen, un libro que debería de ser lectura obligada para toda persona interesada en la física de altas energías.

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Ficha técnica

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