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Respuesta al profesor García de Cortázar

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He leído con interés la nota que el profesor García de Cortázar ha tenido a bien realizar sobre mi libro La formación de los reinos hispanos. Cuando uno de los más prestigiosos medievalistas españoles se toma la molestia de leer un libro ajeno, y sobre todo si tiene cierta amplitud como es el caso, uno debe agradecer la atención, el esfuerzo y el trabajo. En realidad, esta atención ha sido para mí un honor. Es muy importante que el público lector sepa lo que está en condiciones de decir un gran medievalista sobre un libro que aborda la historia política hispana medieval. Cuando se trata además de un proyecto a largo plazo, y que afecta a un grupo de investigación que recibe fondos públicos, conocer las críticas es tan decisivo como el apoyo de los sencillos lectores. Sin duda alguna, su Revista de Libros, como en otras ocasiones, ha demostrado tener muy buen criterio. No hubiera sido tan representativa ni hubiera tenido tanto valor sintomático una crítica hecha por alguien menos famoso y conocido, menos competente y autorizado. Debo anticipar, sin embargo, que ni en el fondo ni en la forma estoy de acuerdo con sus observaciones y que, en mi opinión, su crítica no hace justicia a mi libro: por la forma, por el régimen de sus argumentaciones que, como he dicho, hace de toda ella una crítica sintomática; por el fondo porque, como espero demostrar, está llena de medias verdades, de atribuciones gratuitas, de juicios más bien infundados y, a veces, de sencillos errores.

Pero, como Hegel sabía muy bien, la negatividad es la fuente de la vida intelectual y es nuestro deber transformar el ataque en obra constructiva y hallar el sentido en que un debate puede ser enriquecedor. Por eso, no quiero que pase esta oportunidad extraordinaria de debatir acerca del pasado político español y extraer de ello las mejores enseñanzas para el mundo académico. Todas estas cosas me inclinan a contestar de manera pormenorizada a profesor García de Cortázar. Sin embargo, como la nota crítica ya encierra tres grandes pliegos, no quisiera abusar del público general que frecuenta su revista con un debate especializado sobre Max Weber, Maravall, Albornoz, Vicens Vives o Unamuno y su relevancia para la historia política hispana. Por ello creo que es más conveniente, y nos sentiremos más libres con el espacio, si la publico en la Biblioteca Virtual Saavedra Fajardo. Al fin y al cabo, nuestros suscriptores constituyen un público académico de varios miles de investigadores interesados de todo el mundo y ante este colectivo debemos acreditarnos los académicos. Es cierto que no tenemos tantos lectores como su revista y, en cierto modo, elijo un terreno que no me beneficia. Las impresiones que ha creado García de Cortázar sobre mi libro en su revista sólo podrán ser diluidas por los que, tras su crítica, consideren que mi libro todavía merece la pena. Al final, los lectores conocen el género y pueden interpretar eso que he llamado síntomas. Pero elegir este dominio virtual tiene sus ventajas: así, García de Cortázar podrá ejercer también la réplica sin límite de espacio y además, las críticas podrán dar lugar a un diálogo con otros actores. Animo por ello a sus lectores a que lean mi respuesta en  la siguiente dirección electrónica: http://saavedrafajardo.um.es/hemeroteca/respublicahispana/

Si se realiza una búsqueda a partir de mi nombre, hallarán mi «Ruido y nueces de la critica: respuesta al profesor García de Cortazar». Estará accesible en la red el día 17 de abril de 2008. Los lectores de Revista de Libros interesados, con la garantía de toda justicia, consistente en escuchar a las dos partes, podrán formarse así un juicio propio.

Sólo me queda ahora manifestarle mi gratitud por la atención que me ha prestado y expresarle mi deseo de que su revista continúe su labor de generar una intelectualidad crítica y un público lector dotado de criterio propio.

Atentamente,
 

José Luis Villacañas Berlanga
 

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