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El sufismo en español

TIEMPO CÍCLICO Y GNOSIS ISMAILÍ

Henry Corbin

Biblioteca Nueva, Madrid

Trad. de María Tabuyo y Agustín López Tobajas

272 pp.

14 €

TEMPLO Y CONTEMPLACIÓN: ENSAYOS SOBRE EL ISLAM IRANIO

Henry Corbin

Biblioteca Nueva, Madrid

Trad. de María Tabuyo y Agustín López Tobajas

272 pp.

14 €

LAS SENDAS DE ALLAH: LAS COFRADÍAS MUSULMANAS DESDE SUS ORÍGENES HASTA LA ACTUALIDAD

Alexandre Popovic (coord.), Gilles Veinstein (coord.)

Bellaterra, Barcelona

Trad. de Juan Vivanco

832 pp.

45 €

SUFISMO: UNA INTRODUCCIÓN ESENCIAL A LA FILOSOFÍA Y LA PRÁCTICA DE LA TRADICIÓN MÍSTICA DEL ISLAM

Carl W. Ernst

Oniro, Barcelona

Trad. de Joan Carles Guix

272 pp.

14,50 €

ALQUIMIA Y MÍSTICA EN EL ISLAM

Pierre Lory

Mandala, Madrid

Trad. de Pablo Beneito

320 pp.

25 €

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El libro de Reynold A. Nicholson, destacado islamólogo británico fallecido en 1945, fue publicado por primera vez en 1914 y se ha convertido desde entonces en un clásico, pues facilita una primera aproximación a la tradición mística islámica conocida por sufismo a través de una cuidada y atractiva selección de textos originales. Guiándonos mediante lo que escribieron y dijeron los propios místicos musulmanes, Nicholson ofrece al lector occidental un recorrido –corto, pero sabio y sugerente– por el camino sufí, la iluminación y el éxtasis, la gnosis, el amor divino, los santos y los milagros, para ir a desembocar en el estado unitivo, ese momento al final del camino en el cual el alma es capaz de aislarse de todo lo que no sea Dios. Aunque naturalmente no hay palabras que puedan describir plenamente en qué consiste dicho estado, ello no quita para que los sufíes lo hayan intentado una y otra vez en prosa y en verso, con alusiones más o menos veladas y en forma directa, lo que a alguno de ellos –como le ocurrió a al-Hallay– le valió el ser perseguido y condenado por hereje.

Los arabistas españoles no han sido, por lo general, aficionados a escribir sobre sufismo, siendo una de la excepciones más destacadas Miguel Asín Palacios (1871-1944), contemporáneo de Nicholson. Pero la obra académica sobre sufismo del insigne arabista español tiene una particularidad que la hace un caso digno de estudio en sí mismo. A don Miguel lo que le interesaba no era tanto el sufismo como manifestación de la religiosidad islámica, sino por sus relaciones con el misticismo cristiano. Para él, como para otros investigadores occidentales de su generación (entre los que se cuenta el propio Nicholson, así como Louis Massignon, 1883-1962Algunas de sus obras están vertidas al español: Louis Massignon, La pasión de Hallaj: mártir místico del islam, ed. de Herbert Mason, trad. de Agustín López Tobajas y María Tabuyo, Barcelona, Paidós, 1999; ídem, Palabra dada, ed. y trad. de Jesús Moreno Sanz, Madrid, Trotta, 2005.), el sufismo no sólo tenía claras raíces cristianas, sino que además acabó influyendo en la mística española de los alumbrados y de San Juan de la Cruz. Estas son las razones por las que el arabista aragonés –que era, en primer lugar, sacerdote– decidió prestar atención a los escritos místicos musulmanesMiguel Asín Palacios, El islam cristianizado: estudio del «sufismo» a través de las obras de Abenarabi de Murcia, Madrid, Plutarco, 1931 (reed., Madrid, Hiperion, 1981); Sadilíes y alumbrados, Madrid, Patronato Menéndez y Pelayo, 1944-1951; Huellas del islam: Sto. Tomás de Aquino, Turmeda, Pascal, S. Juan de la Cruz, Madrid, Espasa Calpe, 1941.. Además de traducir muchos fragmentos de la obra «oceánica» de Ibn Arabi, llevó a cabo una versión española del texto casi completo del delicioso libro que el gran sufí murciano dedicó a hablar de los maestros místicos que tuvo en al-AndalusMiguel Asín Palacios, Vidas de santones andaluces: la «Epístola de la santidad» de Ibn Arabi de Murcia, Madrid-Granada, Escuela de Estudios Arabes, 1933 (reed., Madrid, Hiperión, 1981).. Ibn Arabi es, por razones obvias, el autor sufí del que existen más traducciones al español, gracias sobre todoOtras editoriales que han prestado atención a la obra de Ibn Arabi son Siruela e Hiperión, así como Sirio (Málaga). a la labor de la Editora Regional de Murcia, que desde el año 1990 ha financiado numerosas publicaciones al respecto, varias de ellas traducciones llevadas a cabo por Pablo Beneito, profesor en la Universidad de Sevilla y especialista en la obra de Ibn Arabi. El interés por la influencia que el sufismo tuvo en los místicos españoles ha sido continuado por la profesora de la Universidad de Puerto Rico Luce López-BaraltLuce López-Baralt, San Juan de la Cruz y el islam, Madrid, Hiperión, 1990.. Entre las últimas generaciones de arabistas, tanto españoles como portugueses, los hay que han prestado atención a místicos andalusíes y norteafricanos (Ibn al-Jatib, Ibn Barrayan, Abu Ya’zzà, Ibn Qasi) casi siempre en el contexto de sus tesis doctorales, algunas de las cuales han sido publicadas, pero sin salir de los estrechos círculos del mundo académico con algunas –pocas– excepcionesEditoriales no propiamente académicas son: la que ha publicado las obras de Juan José Sánchez Sandoval, Sufismo y poder en Marruecos: Milagros de Abu Ya’azzà, Cádiz, Quorum Editores, 2004, y de Adalberto Alves, As sandálias do mestre: em torno do sufismo de Ibn Qasî nos começos de Portugal, Lisboa, Hugin, 2001..

Y ello a pesar de que el sufismo es uno de los aspectos de la religión islámica que desde siempre han atraído más el interés de Occidente, interés que se refleja en la abundancia de obras que pretenden ofrecer una síntesis a lectores y estudiosos. Este tipo de obras ha ido en aumento en el mercado editorial anglosajón desde que Nicholson escribió la suya y algunas han sido objeto de traducción al español. La de Carl Ernst es altamente recomendable ya que, tratándose de uno de los máximos especialistas actuales, es también un gran divulgador. Los investigadores alemanes y franceses han destacado asimismo en los estudios sobre sufismo y están bien representados en las obras generales que se han traducido al español, como son los casos de Richard Gramlich, Annemarie Schimmel, Pierre Lory y el ya mencionado Massignon, así como la obra colectiva dedicada a las órdenes sufíes en el islam coordinada por Popovic y Veinstein. Esta obra, con el énfasis que pone en la vertiente social y política del sufismo, sirve de contrapunto a aquellas que se centran sobre todo en los aspectos doctrinales y espirituales.

El autor francés más conocido entre los lectores españoles es, además de Massignon, Henry Corbin, gracias sobre todo a las traducciones llevadas a cabo por María Tabuyo y Agustín López Tobajas. Este último es un experto en la tradición «primordial» o «perenne» y autor, dentro de esa corriente de pensamiento, de un Manifiesto contra el progreso publicado por José J. de Olañeta, el editor del libro de Nicholson que abre estas páginas. José J. de Olañeta ha dedicado una parte de su actividad editorial a difundir a los grandes pensadores del primordialismo dentro de su faceta «islámica», de los cuales tal vez el más conocido sea René Guenon, pero también Fritjhof Schuon o Jean-Louis Michon. Sobre todos ellos ha escrito recientemente un libro apasionante Mark J. Sedgwick (Against the Modern World: Traditionalism and the Secret Intellectual History of the Twentieth Century, Oxford, Oxford University Press, 2004) que merecería ser traducido al español, ya que el primordialismo ha tenido siempre una importante conexión española sobre la que, sin embargo, se sabe poco. Sedgwick es también el autor de una obra sobre las doctrinas esenciales del sufismo publicada en el año 2000 por la American University in Cairo Press que ya va por su segunda edición (2003) y que es de las mejores que conozco.

Volviendo a Corbin, éste –cercano a los «primordialistas», si bien no pertenece propiamente a su movimiento– prefería moverse en el terreno del simbolismo y el mito antes que en el del racionalismo, de manera que su interés por el shiísmo y la filosofía espiritual iranias se adecuaba perfectamente a su propia visión de las cosas. También sobre Corbin ha aparecido recientemente otro libro que merece la pena ser leído y que sitúa al investigador en el contexto del círculo Eranos en el que se movían el especialista de la cábala Gershom Scholem, el historiador de las religiones Mircea Eliade y el psicólogo Carl Jung. Su autor, Steve Wasserstrom (Religion After Religion: Gershom Scholem, Mircea Eliade, and Henry Corbin at Eranos, Princeton, Princeton University Press, 1999), señala las conexiones de estos pensadores con el fascismo, habiendo sido objeto de reseñas polémicas por quienes han visto en su empeño un reduccionismo de unas vidas y unas obras que no permiten fáciles encasillamientos.

Una breve nota para finalizar este breve e incompleto repaso a las obras sobre sufismo que están disponibles en español. En el libro que encabeza esta reseña la traducción del inglés al español se ha hecho sin tener en cuenta que los términos transliterados del árabe y del persa necesitan ser adaptados a la fonética española. El sonido árabe que se refleja con «j» en inglés no es fácil de verter al español con una transliteración simplificada; cuando se hace, se suele optar bien por «ch» bien por «y». Al no tomar este detalle en consideración, al-Hallay/al-Hallach –las únicas formas que tendrían sentido en español– se transforman en el imposible «al-Hallaj». Los editores deberían contactar con algún arabista (podría ser incluso un estudiante de los primeros años de carrera) para que les asesorara a la hora de cuidar este aspecto que, al no ser tenido en cuenta, acaba empañando el buen resultado de empresas que, como ésta de dar a conocer en español obras sobre el sufismo, son muy de agradecer. 

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Ficha técnica

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