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Expiación

LA CENIZA FUE ÁRBOL

Ignacio Agustí

Biblioteca Castro, Madrid

622 pp, 644 pp, 612 pp, 568 pp

192€ (4 vols.)

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Cuando un escritor fallece, su obra puede sufrir por parte de la sociedad editorial el «purgatorio del olvido», que es un silenciamiento progresivo que relega a las bibliotecas algunos libros que fueron acontecimientos editoriales cuando se publicaron. Este purgatorio puede ser transitorio y, en el caso de Ignacio Agustí, ha durado algo más de treinta años, durante los cuales la reedición de sus novelas ha sido esporádica y parcial. Ahora, la Biblioteca Castro ofrece en cuatro tomos todas sus novelas en castellano en una cuidada edición preparada por Sergi Doria, continuando así con el propósito de recoger las obras completas de autores clásicos, encuadrándolas en su marco social y literario mediante estudios documentados y actuales.

En 1944, en medio del páramo literario de la posguerra española, Ignacio Agustí (Llissá del Vall, 1913-Barcelona, 1974) publicó con enorme éxito su novela Mariona Rebull, iniciando así La ceniza fue árbol, serie que lo consagrará como el novelista de la burguesía catalana. En esta época, Ignacio Agustí no era conocido como novelista sino como periodista: era director de Destino, semanario cultural publicado en Barcelona, que tuvo un papel protagonista en la recuperación cultural de la España de la posguerra. Sin embargo, su acercamiento a la literatura había comenzado en 1932 con un librito de poemas en catalán titulado El veler, y con dos obras de teatro, L’esfondrada (1934) y Benaventurats els lladres (1934). Como tantos otros, había decidido canalizar sus aptitudes literarias en el periodismo y a principios de 1933 había entrado en La Veu de Catalunya como ayudante de Guillermo Díaz-Plaja en las páginas de teatro y de cine. De ahí pasó a La Veu del Vespre y a L’Instant, en la órbita de la Liga Regionalista, y desde entonces literatura y periodismo serían los dos ejes de su actividad intelectual, fundiéndose o alternándose a lo largo de su vida: muchos de sus artículos serían verdaderas piezas literarias y en sus novelas se percibiría una clara influencia del reportaje y de la crónica periodística. Los reconocimientos que tuvo en vida premiaron esta doble faceta, entre ellos el Premio Cervantes de literatura y el Premio Mariano de Cavia en el terreno periodístico. Además de novelista de éxito fue también presidente del Ateneo de Barcelona, fundador del prestigioso Premio Nadal de novela, promotor de la empresa periodística Tele/eXpres y de Tele-Estel, primer semanario en catalán después de la Guerra Civil.
 

La ceniza fue árbol, motivo central de la reedición, es un relato de la vida de Barcelona desde la Exposición Internacional de 1888 hasta 1942 a través de la saga familiar de los Rius. La idea había surgido durante la guerra, en los dos años y medio que estuvo lejos de Barcelona. A la creciente añoranza de su actividad se unía la incertidumbre de no saber si volvería a entrar en ella y cuando el 26 de enero de 1939 llegó con las tropas vencedoras y vio la ciudad maltrecha –contaba Agustí– “se me ocurrió que quizá la única forma de rehacer aquella catástrofe social era narrar una historia antigua y coger los años a través del relato novelesco de una figura de la ciudad”.  Y escribió estas cinco novelas de La ceniza fue árbol [Mariona Rebull (1944), El viudo Rius (1945), Desiderio (1957), 19 de julio (1965) y Guerra Civil (1972)– donde supo integrar con gran habilidad historias individuales en un marco social y así ofrecernos un retablo vivo y palpitante de la historia de Barcelona con sus raíces profunda y amorosamente hundidas en la tierra y con su prosperidad alimentada mediante la savia del desarrollo industrial promovido por la burguesía. La técnica narrativa se correspondía plenamente con el realismo decimonónico: narrador omnisciente, psicología de los personajes y atención al marco histórico.

La aparición de Mariona Rebull causó un verdadero impacto literario en la España de posguerra: Azorín escribió una reseña crítica en Destino en la que afirmaba que «por fin tenemos un novelista» y en la que destacaba el carácter genuinamente catalán de los personajes. El protagonista, Joaquín Rius, es un «catalán indomable», «duro, enérgico, de la vieja raza de los conservadores, que forjaron la industria de nuestro país». Después de consolidar la prosperidad económica de la fábrica textil iniciada por su padre, Joaquín –hombre forjado en el trabajo, de origen humilde– busca el ascenso social escogiendo a Mariona, bella joven de la alta burguesía. Pero el matrimonio fracasa: él no sabe amarla, absorbido como está por su trabajo en la fábrica y así, después del nacimiento del hijo, la insatisfacción de la joven desemboca en un adulterio que termina trágicamente, enmarcado en el acontecimiento histórico del estallido de la bomba anarquista en el Liceo, donde se funden historia y ficción novelesca, de tal forma que no se sabe bien dónde empieza una y acaba otra.

En El viudo Rius, los acontecimientos históricos y económicos –las luchas sociales, el terrorismo, la crisis económica– pasan a un primer plano, quedando sólo como trasfondo las figuras del viudo y de su hijo. En cambio, en Desiderio, el personaje –hijo de Mariona y Joaquín– cobra mayor fuerza frente a la historia: sus devaneos amorosos y frívolos se desarrollan en una Barcelona que vive la prosperidad económica consecuencia de la Primera Guerra Mundial.

En 19 de julio y en Guerra Civil, la historia vuelve a ser protagonista mediante la aparición de nuevos personajes: el viudo Rius y Desiderio se codean con los políticos catalanes de la Liga y con los anarquistas revolucionarios, para intentar así reconstruir el ambiente que desencadenó el 19 de julio y la Guerra Civil. La historia termina con la muerte del anciano Joaquín Rius, cerrando este ciclo de vida barcelonesa que Sergi Doria interpreta, en la introducción de esta importante reedición de la Biblioteca Castro, como un intento de justificación histórica a modo de expiación de «una burguesía catalana que salió de la Guerra Civil con la mala conciencia de haber hecho algo mal».

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Ficha técnica

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