Buscar

Muchos mundos en un solo libro

Historia de las literaturas eslavas

FERNANDO PRESA GONZÁLEZ (coord.)

Editorial Cátedra, Madrid, 1997

image_pdfCrear PDF de este artículo.

De ingente, casi abrumadora, es preciso calificar la empresa acometida por 31 especialistas, bajo la coordinación del profesor Fernando Presa, de reunir en un solo volumen la historia, las historias debería decirse, de las literaturas eslavas. Y de esta condición de ambición y enormidad se derivan tanto, con seguridad, las cualidades, como, es probable, algunos de los defectos de este gran trabajo.

Doce literaturas, entre las que se cuentan algunas de las mayores de la humanidad, más dos apéndices consagrados a las literaturas yídica y apócrifa eslavas, además de un centenar largo de páginas destinadas a la descripción en términos generales de la literatura indoeuropea, la eslavística en el marco de la lingüística general, las lenguas eslavas y sus relaciones con el eslavo común; así como una aproximación a la historia de los pueblos eslavos: ese es en trazos gruesos el contenido de la obra. Todo ello provisto de la correspondiente bibliografía, elaborada aparte y de manera específica para cada capítulo, y de un «índice selecto» de autores y obras anónimas.

El proyecto se justifica a sí mismo, en primerísimo lugar, por la necesidad de llenar un vacío casi escandaloso a estas alturas. La creación y desarrollo en fecha muy reciente de los departamentos de filologías eslavas en la universidad española, ha determinado una notoria escasez, completa sequía habría que decir, en el terreno de las publicaciones consagradas a ellas. Si se considera, además, que algunas de esas literaturas, particularmente la rusa, pero también la checa, la polaca y otras, no sólo se han venido traduciendo al castellano desde hace largo tiempo (con no poco éxito entre los lectores, aunque también con no pocas deficiencias, la mayoría de ellas debidas al hecho de que dichas traducciones se hacían en demasiados casos a través de una lengua intermedia), sino que han ejercido notable influencia en la imaginación literaria española, se comprenderá que la elaboración y publicación de estudios históricos de las literaturas en cuestión constituía una urgente necesidad.

Por otra parte, los criterios doctrinarios a que se veía sometida la investigación literaria en la mayor parte de los países en cuestión hasta hace bien poco, tornaba, si no inservibles, al menos enormemente deficientes los resultados de tal trabajo. Y de esa procedencia eran los escasos textos que el estudioso o el curioso castellano hablante tenía hasta ahora a su disposición.

Por fortuna, eso ha quedado atrás, y esta Historia que comentamos sienta las bases para un abordaje serio y respetuoso de la realidad de las literaturas eslavas. A este respecto, el de la pluralidad, si bien queda parcialmente justificado por el vínculo interior entre dichas lenguas y, con toda probabilidad, explicado también por la propia forma de organización de los estudios universitarios que las abordan en nuestro país, continúa resultando chocante la inclusión de universos culturales y literarios tan diversos y claramente diferenciados en un mismo estudio (como extraña resultaría a nuestros ojos la publicación, pongamos en Alemania, de una «Historia de las literaturas románicas»). Esa misma pluralidad, si bien sometida al buen hacer del coordinador, que ha procurado recurrir a especialistas en cada literatura, período, escuela o incluso autor concreto, determina asimismo ineludiblemente cierto abigarramiento de criterios, puntos de vista y grados de dominio de la materia tratada, más llamativo en lo que se refiere a las grandes literaturas, aunque en no pocas ocasiones más nocivo a propósito de las «pequeñas», para las que existen menos conocedores a los que acudir.

Desigualdades de nivel y tratamiento que se dejan notar también a propósito de las fuentes en las que ha bebido cada cual: todavía se percibe el influjo, apenas corregido en ciertos casos, de los estudios realizados durante los últimos cincuenta años en los países de origen, que no podrá ser definitivamente salvado hasta tanto no se consolide un cuerpo de investigación propio e independiente en nuestro país. Como en otras ocasiones, el coordinador no ha podido evitar que surjan aquí y allá destellos de competencias nacionalistas, ajenas al análisis literario.

No dispongo de espacio aquí para referir con el mínimo pormenor los juicios, laudatorios o críticos, que esta gran obra merece, y sin duda habrán de hacerse en otros medios y oportunidades. Debe quedar en todo caso bien claro que, a partir de ahora, todo profesor, estudiante, investigador, curioso lector o enamorado de las letras dispone de un texto de referencia al que acudir en busca de respuesta para infinidad de preguntas, de información para ampliar conocimientos o de ilustración para acompañar lecturas. Probablemente el camino futuro de indagación en este campo –estos campos, para mejor decir– deberá desarrollarse país a país, literatura a literatura; pero quien continúe esa labor contará ya con una base de partida no poco sólida.

Por fin, a modo de aclaración para no avisados, y de observación a los autores, no está de más reseñar que la orientación general del libro es filológico-académica, rasgo este, aunque no necesariamente debería ser así, que parece determinar un tratamiento de la literatura ajeno a la emoción que la literatura produce. La exposición sistemática y descriptiva acaba excluyendo el acercamiento literario a los textos y a los autores. Sin duda, los problemas de espacio y de dimensión en una obra como ésta obligan a la parquedad y a la sobriedad, pero se encuentran aquí escasos juicios no clasificatorios, se echa en falta la pasión de la lectura y del descubrimiento. Y ello quizás se deba sobre todo a algunos de los virus que circulan en nuestro universo académico, más que a las propias necesidades de la materia y los instrumentos necesarios para abordarla.

image_pdfCrear PDF de este artículo.

Ficha técnica

4 '
0

Compartir

También de interés.

Origen de Israel: ciencia y mito

El «antiguo Israel» no es tan antiguo como se pensaba o se creía. Israel…