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Un colectivo invisible

Fuentes documentales sobre el trabajo de las mujeres

TERESA AYUSO LÓPEZ, Mª ÁNGELES RODRÍGUEZ IGLESIAS (colab.), PEDRO ROMERA IGLESIAS (colab.)

Akal, Madrid, 1997

274 págs. 2.270 ptas.

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El libro de Teresa Ayuso, Fuentes documentales sobre el trabajo de las mujeres, nos presenta una antología de referentes del pasado que se propone contribuir a la construcción de la historia como Historia total, aquella que incorporara las aportaciones de colectivos invisibles, como ha sido hasta tiempos recientes el de las mujeres, y como lo fue anteriormente el de las clases trabajadoras. Para ello utiliza nuevas fuentes documentales tales como textos literarios, restos arqueológicos, muestras artísticas, etc., donde todavía es posible encontrar información directa o indirecta sobre la actividad de las mujeres, a la vez que también recurre a las fuentes clásicas de la historiografía como son los documentos jurídicos, políticos…

La tesis que se quiere documentar es la acción transformadora de las mujeres en el ámbito productivo y, por supuesto, también en el reproductivo, y hacer justicia al trabajo realizado por las mujeres en todos los tiempos, tal y como subraya la cita de Heather Gordon Cremonesi: «Las mujeres han trabajado constantemente, siempre y en todas partes, en todas las sociedades de todos los lugares del mundo desde el inicio de la historia de la raza humana».

Se reclama para las mujeres la categoría de «agentes sociales». A pesar de ser un colectivo dominado, no por ello se le debe considerar «ocioso». Teresa Ayuso huye así de la consideración abusiva que se ha hecho del género femenino al presentarlo únicamente como «víctima» de opresiones y señala su constante presencia en el campo laboral en todos los tiempos. Así, los documentos que se aportan dan fe de la actividad de las mujeres como campesinas, esclavas, panaderas, cirujanas, sirvientas, parteras, hechiceras, maestras, acróbatas, prostitutas…

Esta tesis, centrada en el paradigma del trabajo, critica no sólo la interpretación de la historia como vetusta narración de «los disgustos entre papas y reyes» o como secuencias espectaculares protagonizadas por varones de las clases dominantes, sino también la más moderna hermenéutica que sustenta la teoría de las esferas, en que la actividad de las mujeres queda reducida al ámbito doméstico.

La división en esferas oculta el trabajo productivo de las mujeres y mantiene en el fondo los estereotipos. La autora considera que esta teoría (esfera pública para los varones y esfera privada para las mujeres) no hace otra cosa que perpetuar el tópico de las tareas de reproducción para un sexo y las de producción para el otro. Esta visión, que en principio pretendía rescatar un espacio histórico para las mujeres, introduce graves confusiones en la apreciación de su trabajo, pues la división en ámbitos tan claros sólo se produce en rigor a partir de la Revolución Industrial y aun así resulta muy discutible esta categorización, ya que las mujeres siguen realizando tareas productivas en el espacio doméstico.

Por otra parte, es evidente que no se puede infravalorar la relación entre el trabajo reproductivo y sus consecuencias en el ámbito de la producción o viceversa. Efectivamente, los intereses del sistema económico marcan unas determinadas relaciones entre la reproducción biológica, actividad exclusiva del género femenino hasta nuestros días, y el mercado. Las leyes de protección social en favor de las mujeres pueden interpretarse a la luz de las necesidades de un determinado país en obtener del ámbito reproductivo trabajadoras y trabajadores sanos.

Al clarificar las posiciones de uno y otro sexo en el modo de producción se muestran las claves explicativas de la dominación de un sexo sobre el otro. A las mujeres les fueron vedadas las actividades «ilustres»; la participación en las instituciones; la posibilidad de apropiarse de su producción y de ser propietarias; la oportunidad de formar parte de cofradías y gremios; el acceso a la educación y a la cultura; la discusión en la organización del trabajo…; todo ello daría cuenta de su subordinación social.

La antología que nos ofrece Teresa Ayuso, a la vez que aporta nuevas fuentes documentales sobre el trabajo de las mujeres, fuerza la reflexión de un nuevo marco teórico para comprender nuestro pasado: la reivindicación de las mujeres como «agentes sociales» en todos los tiempos, pues los documentos abarcan desde la antigüedad hasta finales del siglo XIX . Igualmente se hace urgente la reelaboración de conceptos como «lo económico», «el trabajo», «la producción», «la reproducción», «la división sexual del trabajo», «las relaciones entre la producción y la reproducción»… Dirigida a profesionales de la docencia y al público en general interesado en el tema, esta antología incluye también un glosario de términos para facilitar la lectura de los diferentes textos, además de una extensa bibliografía. Es importante remarcar la gran cantidad de imágenes que se aportan y las sugerencias acerca de posibles investigaciones (cuantificar el trabajo de las esclavas, la importancia del servicio doméstico durante la edad media, la prostitución…). El material se organiza cronológicamente, pese a que se critican los períodos históricos clásicos y se aboga por la apreciación del trabajo de las mujeres en períodos de larga duración. Teresa Ayuso subraya el legado de las mujeres, su trabajo anónimo, cotidiano, sin grandes sensacionalismos, pero de gran alcance para el progreso de los pueblos. Cada período histórico se documenta a través de la siguiente temática: Producción doméstica, producción mercantil y construcciones teóricas sobre cómo se ha pensado a las mujeres.

La unidad didáctica sobre la Edad Media sirve para ilustrar el trabajo académico que se puede hacer con esta antología y está pensada para el primer ciclo de ESO. La autora y sus colaboradores consideran que la manera más fácil de erradicar el sexismo en las aulas es mostrar una historia en que el alumnado perciba que mujeres y hombres han participado en la construcción social de la realidad. ¿Cómo lo consiguen? En primer lugar positivando las actividades de las mujeres, compensando de esta forma las deudas del pasado. Este sería el paso previo e imprescindible al estudio de las aportaciones de ambos sexos respecto a la producción. Se trata de deconstruir una visión unilateral de la historia para construir una total.

La metodología que utiliza se basa en la actividad de los sujetos. El alumnado, a partir de los ejercicios propuestos (encuestas, pequeñas investigaciones, análisis de textos, análisis de grabados, debates, puestas en común…) llegará por el camino de la inducción a construir sus propios conceptos. Estos ejercicios permiten al alumnado tener un nexo directo con los objetos de estudio, estimulando su capacidad de observación y de análisis a la vez que facilita la interiorización del aprendizaje. En definitiva, se trata de una valiosa aportación a la historiografía contemporánea. Las fuentes que nos proporciona son múltiples y variadas, aunque se echan en falta los testimonios de algunas mujeres que ya empiezan a ser conocidas como Agnocide, Teano, Oliva de Sabuco, Flora Tristán…

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Ficha técnica

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