La muerte de Ralph Miliband en 1994 supuso el fin de uno de los pensadores marxistas británicos más importantes de su generación. Vinculado a la «Nueva Izquierda», ese movimiento de renovación de la teoría marxista que vivió momentos de esplendor en las décadas de los sesenta y setenta, la obra de Miliband de esa
En este libro, auténtico testamento intelectual de Miliband, se refleja más que nunca la tensión irreductible que existe en toda su obra entre la crítica del capitalismo y la necesidad de un socialismo posible que vaya más allá del reformismo socialdemócrata. En él, Miliband realiza un notable ejercicio de coherencia intelectual en defensa de ese socialismo radical y posible, aun siendo consciente de que corren tiempos difíciles para la izquierda actual. Su pensamiento es reflejo de esa izquierda desconcertada que busca tanto sus señas de identidad como un espacio político propio diferente al de la socialdemocracia. Sin embargo, la virtud fundamental de este libro, frente a otros muchos que son un mero reflejo de este desconcierto, es que señala también un camino para esa izquierda, tanto por su justificación del socialismo como por sus propuestas concretas de «reforma radical» de la democracia liberal o de la economía capitalista.
En lo referente a la justificación de socialismo, Miliband parte de dos proposiciones: 1) El capitalismo constituye un gran obstáculo para la resolución de los males que ha producido su desarrollo y 2) hay una alternativa socialista al capitalismo que hace posible la resolución de estos problemas. Sin embargo, la realización del socialismo como un orden social se concibe como un proceso largo e inconcluso caracterizado más por un esfuerzo permanente de avance hacia los fines del socialismo en el transcurso de un amplio e indefinido período de tiempo, que por la realización absoluta de un ideal emancipatorio. Si bien se rechaza el socialismo como un modelo de «sociedad reconciliada», se postula un «socialismo factible» definido por una lucha política que avance en la consecución de en torno a tres grandes fines: 1) una democratización que va más allá de la democracia capitalista; 2) el igualitarismo, es decir, la atenuación radical de las desigualdades que provoca la democracia capitalista; y 3) la socialización de una parte predominante de la actividad económica como medio esencial para conseguir los dos fines anteriores. Así, la democratización de la sociedad y la abolición del poder como principio organizador de la vida social constituyen los fundamentos básicos del socialismo de Miliband.
En este contexto, el proletariado como sujeto histórico se ve sustituido por una base social formada por la mayor parte de la sociedad, es decir, un amplio asalariado constituido por las clases subordinadas de la estructura social –clase trabajadora, clase media-baja y pequeña burguesía– de las sociedades capitalistas actuales. A las organizaciones tradicionales del socialismo, el movimiento obrero y los partidos socialistas, se les añaden los movimientos sociales. Así, una de las tareas de la izquierda del presente es la de hacer compatibles la diversidad de demandas de los movimientos sociales con el significado del socialismo.
En cualquier caso, el libro de Miliband es especialmente valioso para la izquierda actual porque en Socialismopara una época de escepticismo, tan importante como el marco teórico de justificación sobre el sentido del socialismo hoy, es su programa de «reforma radical» del Estado, la economía y la política, es decir, la vía de transición hacia el socialismo. Miliband conjuga perspicazmente la defensa del marxismo como instrumento de análisis de la realidad, el carácter de clase del capitalismo, y la democratización radical en todos los niveles de la sociedad capitalista dentro de un enfoque institucional en el que propone valiosas ideas y propuestas para el debate sobre la transformación de la democracia, la economía y el Estado capitalistas. Puede que algunos encuentren aquí algunas de las ideas del Miliband de los setenta. Ciertamente, detrás de su último libro late un marxismo crepuscular pero también surge un socialismo vigoroso, que debe convertir esta obra en un punto de referencia fundamental dentro del debate actual de la izquierda.