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La modernidad anticipada

Opiniones del gato Murr

E. T. A. Hoffman

Cátedra, Madrid, 1997

Ed. Ana Pérez y Carlos; Trad. Carlos Fortea

525 págs.

Puntos de vista y consideraciones del gato Murr

E. T. A. Hoffman

Pre-Textos, Valencia, 1999

Trad. Eustaquio Barjas y Marisa Siguan; Epílogo de Marisa Siguan

539 págs.

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Separadas por un breve espacio de tiempo han aparecido en el mercado editorial español dos esmeradísimas ediciones de la –posiblemente– mejor obra de E.T.A. Hoffmann, uno de los autores románticos alemanes más conocidos en España debido al gran número de traducciones, principalmente de sus cuentos, que ha llegado hasta nosotros.

El polifacético Hoffmann (caricaturista, jurisconsulto, pintor y músico, además de un excelente narrador) centra toda su obra en el tremendo choque que existe entre la realidad, vista como algo trivial y cotidiano, y el sueño, reino de la magia y las visiones fantasmagóricas en el que el hombre sensible percibe una existencia más rica y profunda, existencia a la que éste tiende desesperadamente. El reconocimiento de una realidad más amplia llevó a Hoffmann a ser uno de los primeros que captó la importancia del inconsciente y se dejó seducir por inquietantes fenómenos mentales como el desdoblamiento de la personalidad, el sonambulismo, la telepatía, etc., lo que le supuso, como consecuencia, el lógico rechazo de Goethe y la automática aceptación de Jean Paul. Su mundo estaba poblado de espíritus, de demonios buenos o malvados, de fuerzas extrañas y misteriosas, no siempre favorables, capaces de jugar arbitrariamente con la vida y las ilusiones de los hombres. Pero a este carácter trágico de su obra, Hoffmann opone un uso de la ironía y del humor que se eleva, con frecuencia, por encima de todo desgarramiento interno. Precisamente esta voluntad de mezclar lo real y lo fantástico, junto con la suficiente dosis de sátira, representa la marca identificativa de la estética hoffmanniana: la sátira se ejerce contra la sociedad de su tiempo, incapaz de reaccionar ante el arte y los sentimientos; una sociedad, en todo caso, que refleja la realidad cotidiana, concreta y plenamente reconocible, desde la que cualquiera puede ascender al ámbito de lo maravilloso, no para anular la realidad, sino para ser consciente de lo que en esta sociedad es inalcanzable y que sólo se puede conseguir en el mundo de lo fantástico.

En El gato Murr la alternancia de esos dos mundos se presenta de forma continua y a su más alto nivel. Ambos se invaden constantemente y, a voluntad del autor, se alejan entre sí mediante un astuto juego que provoca una cierta inquietud: efectivamente, el principal protagonista de la obra, un gato un tanto descuidado, escribe sus «opiniones» sobre unas hojas que ha arrancado de un libro y que contienen la biografía del otro protagonista, un maestro de capilla llamado Kreisler. De este modo, lo que el editor imprime es un relato en el que se confunden las consideraciones del gato con fragmentos de la biografía del músico, materias que nada tienen que ver entre sí y que ahora se intercalan según las reglas del azar. Ambos, Murr y Kreisler, son artistas, aunque cada cual a su manera. El primero no duda en aceptar los condicionantes sociales desde una perspectiva genuinamente burguesa; el segundo, en cambio, aspira a poder alcanzar el ideal del arte supremo fuera de la atmósfera agobiante de la realidad en la que los dos se encuentran. Hoffmann reflexiona aquí sobre el conflicto entre el arte y la vida, uno de los problemas característicos del mundo moderno. Asimismo, la mezcla de los dos relatos, que tras la aparición de la obra fue rechazada por la dificultad que entrañaba para su lectura, supone un extraordinario adelanto en el tiempo respecto a las modernas técnicas narrativas en las que se confunden los planos, los niveles narrativos y las categorías tradicionales del tiempo y el espacio. Si bien las consideraciones de Murr se nos ofrecen de forma lineal, la biografía fragmentaria de Kreisler aparece de un modo caótico, sin una cronología definida y a través de una sucesión de narradores que, desde sus diferentes perspectivas, se contradicen y complican la figura del músico. En su camino hacia la modernidad, Hoffmann nos muestra la imposibilidad de narrar la vida de un individuo de una forma clara y unívoca; debido a la inmensa maraña de relaciones y vínculos existentes entre los personajes, la vida ha perdido su coherencia, los elementos incontrolables dominan el acontecer humano, y el estilo de la narración responde fielmente a tal incertidumbre. La propia obra revela al final un carácter fragmentario e inconcluso, algo frecuente en el romanticismo. Ni Murr logra concluir su proceso de desarrollo, ni Kreisler consigue llevar a buen puerto su vida como músico de un modo equilibrado. El mismo Hoffmann tenía la certeza, inherente también a nuestros tiempos, del desgobierno en su propia existencia y de la imposibilidad de alcanzar la armonía integradora entre el ser humano y su medio, fuera del ámbito de lo maravilloso.

El gato Murr es esto y mucho más. No podemos olvidar los hechos de la vida del propio Hoffmann que se reflejan en la figura de Kreisler, ni la crítica que se vierte hacia el modelo del «Bildungsroman» (novela de formación) a través del proceso educacional de Murr. Como novela que gira alrededor del artista, conceptos como la música, la locura, el amor, la culpa o la perfección ocupan su lugar en la obra y mantienen su importancia dentro de la configuración estética del inclasificable Hoffmann.

He de insistir en la cuidadísima presentación de las dos ediciones que aquí comento. Es obvio que ambas responden a intereses bien diferentes, en coherencia con la línea de las editoriales en las que aparecen. La versión de Cátedra, incluida en una colección hace tiempo consolidada y con un buen número de títulos provenientes de la literatura alemana, supone una nueva aportación de la editorial en su intento de acercar al lector universitario y al público en general obras claves de todas las épocas de la literatura universal. Su magnífico y extenso estudio introductorio constituye una inmejorable guía de comprensión de los aspectos esenciales en torno a Hoffmann y su obra. Por su parte, la recién aparecida versión de Pre-Textos, dentro de la colección dedicada a las narraciones consideradas ya clásicas, prácticamente inicia una esperanzadora incursión en las letras alemanas (es, de hecho, tras la publicación en este mismo año de la obra maestra de Karl Philipp Moritz, Anton Reiser, el segundo título de una lista que deseamos siga creciendo en el futuro), observando, hasta el momento, excelentes criterios de selección y un gran cuidado en la presentación de las obras. El breve epílogo que culmina la edición incide en la «dualidad» como elemento estructural presente en la vida y en la obra de Hoffmann. En El gato Murr esa dualidad se articula a través del diálogo entre los dos textos, dos voces necesarias para explicar, a modo de contrapunto, la realidad ambivalente en la que están inmersos tanto Hoffman como sus personajes.

También los respectivos traductores dejan patentes sus diferencias a la hora de enfrentarse al texto. Teniendo en cuenta que se trata de un clásico de la literatura alemana, se nos ofrecen dos visiones cuya diversidad responde a cuestiones puramente personales. En líneas generales, C. Fortea se acerca más a la literalidad en su traducción, excepto cuando se ocupa de los abundantes poemas, con los que valientemente procura reproducir la rima característica del original. E. Barjau, en cambio, se inclina por una línea más elaborada y personal para lograr una prosa rítmica y musical, de la que también está impregnado el texto de Hoffmann. Nada esencial del contenido y del significado de la obra separa dichas traducciones; las muchas diferencias en la elección de los vocablos y en el estilo de la composición son acordes con la distinta sensibilidad de dos magníficos traductores.

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Ficha técnica

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