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Iberoamérica política y social 2.0

Diccionario político y social del mundo iberoamericano. Conceptos políticos fundamentales, 1770-1870

Javier Fernández Sebastián (dir.)

Madrid, Universidad del País Vasco y Centro de Estudios Políticos y Constitucionales, 2014.

2.329 pp. 60 €

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Tras cinco largos años de espera, los diez volúmenes del segundo y último tomo de Iberconceptos se ha puesto a disposición de los lectores y, muy especialmente, de los consultores. Me explico rápidamente en relación con el último concepto utilizado. Como todo diccionario que se preste, este Diccionario político y social del mundo iberoamericano. Conceptos políticos fundamentales, 1770-1870 será mucho más valorado por el número de personas que lo consulten que por los potenciales lectores de la obra completa.

Es verdad que los contenidos, todos de gran interés historiográfico, pueden ser objeto de una lectura meticulosa por parte de algunos lectores, pero dudo mucho que, en los tiempos actuales y con las prisas inherentes a los mismos, haya muchos especialistas que se lancen a un abordaje sistemático de las más de dos mil trescientas páginas que componen los diez tomos de esta segunda entrega de Iberconceptos.

Quizá por su misma magnitud sea conveniente dedicar algunas líneas de esta reseña a dar cuenta de la estructura de una obra que, por sus objetivos, resulta sumamente ambiciosa y, por su envergadura, sencillamente colosal. Creo que estos dos adjetivos –ambicioso y colosal– describen adecuadamente un proyecto capaz de movilizar a casi cinto diez autores del mundo universitario de eso que ha dado en llamarse Iberoamérica, es decir, la suma de América Latina más España y Portugal. De este modo se cubren más de doce países y regiones: América Central, Argentina, Brasil, Caribe-Antillas españolas, Colombia, Chile, España, México, Perú, Portugal, Uruguay y Venezuela.

Tanto el primer volumen como este segundo que aquí se reseña son un claro ejemplo de historia conceptual y comparada, en línea con lo definido en su momento por Reinhart Koselleck. En efecto, este Diccionario político y social del mundo iberoamericano busca precisar el uso de algunos de los más importantes conceptos, lenguajes y metáforas políticas que circularon en el mundo iberoamericano a lo largo de los siglos XVIII y XIX. Si en el primer volumen los límites cronológicos establecidos fueron 1750 y 1850, en el segundo se produjo una pequeña variación, de 1770 a 1870, producto de la experiencia adquirida en la etapa anterior de la obra y consecuencia de lo que el director de la obra define como «una cierta insatisfacción» con el anterior marco temporal. Tal confesión no hace más que reforzar la idea del carácter abierto y dinámico del proyecto, al tiempo que deja en evidencia la honestidad intelectual de sus autores.

Es más, si lo apuntado por Javier Fernández Sebastián en la introducción de este volumen se cumple, las posibilidades tecnológicas actualmente disponibles deberían dar lugar a una obra abierta y permanentemente actualizada, por supuesto que a través de algún formato electrónico: «Gracias a las grandes bases de textos en línea y a las llamadas “humanidades digitales” […] es posible aproximarse con mayor seguridad y un grado razonable de certeza al análisis de estas cuestiones, al menos en el nivel lexicométrico, incluyendo el seguimiento de la polisemia de ciertas palabras y la datación y el tratamiento estadístico elemental del número de sus ocurrencias en determinados períodos».

De este modo, Fernández Sebastián confía en que en un futuro próximo los conceptos recogidos en los dos tomos de la obra puedan ser permanentemente actualizados: «La misma Red que ha hecho posible organizar e implementar este proyecto permitirá en adelante seguir perfeccionando sus resultados». De momento, esto no es posible en el portal web de Iberconceptos, aunque sería de esperar que en un breve período de tiempo unas herramientas tan útiles sean puestas al servicio de la comunidad científica.

En 2009, una fecha marcada por los bicentenarios de las independencias latinoamericanas y el de la Constitución de Cádiz, así como por la multiplicidad de iniciativas a ellos vinculados, los conceptos abordados estuvieron fuertemente marcados por esa realidad y por las principales investigaciones divulgadas por entonces. De este modo, los conceptos desarrollados en aquel momento y que ocuparon el primer tomo del Diccionario político y social del mundo iberoamericano fueron: América/Americano; Ciudadano/Vecino; Constitución; Federación/Federalismo; Historia; Liberal/Liberalismo; Nación; Opinión pública; Pueblo/Pueblos y República/Republicano.

En 2014, en relación con el segundo tomo, una vez sentadas algunas bases conceptuales y metodológicas necesarias para el proyecto, la investigación profundizó en el siglo XIX, yendo más allá de los procesos independentistas y de la llamada «época de las revoluciones», centro del volumen anterior. De este modo, los conceptos desarrollados en el segundo volumen son: Civilización; Democracia; Estado; Independencia; Libertad; Orden; Partido; Patria; Revolución y Soberanía. En suma, los 20 conceptos abordados en los dos tomos publicados cubren un amplio abanico de cuestiones que permitirán a los historiadores políticos y a otros especialistas abordar con mayor rigor una época marcada por las constantes transformaciones, que no sólo abarcaban las instituciones y las estructuras sociales, sino también el lenguaje y las ideas.

Una de las cosas que más favorablemente llama la atención de la obra es su estructura matricial e intercambiable. En palabras de Julio Cortázar, estaríamos frente a un «modelo para armar». En efecto, cada lector, en función de sus propios intereses y motivaciones, es quien diseña su estrategia para enfrentarse a esta obra. Puede hacerlo por conceptos, pero también puede hacerlo por países o regiones. Y esto gracias a que todos los tomos cuentan con la misma estructura: un capítulo introductorio, que discute la realidad de cada concepto en profundidad y de forma comparada, y doce capítulos más, uno por cada espacio geográfico considerado, que tienden a cubrir la mayor parte de la realidad iberoamericana.

Con el fin de poner en marcha un proyecto de tanta complejidad fue necesario contar con coordinadores nacionales y coordinadores por concepto, lo que permitió que el equipo funcionara de manera armónica. No debe de haber sido, de ninguna manera, una tarea sencilla, ya que para implantar la misma matriz cronológica y temática a todos los países y regiones involucradas hubieron de superarse, necesariamente, una serie de prejuicios sólidamente instalados en las distintas escuelas historiográficas nacionales. Si para un país el período 1770-1870 puede tener mucho sentido, para el vecino puede considerarse totalmente erróneo, bien porque el punto de partida o el de llegada carezcan de significado en la historia de ese país, mientras que para un tercero podría ser totalmente irrelevante.

Convencer al conjunto de coordinadores, primero, y a todos los autores, después, de que por encima de cada una de las realidades nacionales está la idea global de Iberoamérica, una vasta región de características comunes y donde las ideas circulaban con relativa facilidad, tuvo que ser muy complejo. Algo similar sucedió cuando se elaboró el diseño del proyecto de América Latina en la Historia Contemporánea, impulsado por la Fundación Mapfre.

La amplitud de la obra supone, pese a los esfuerzos del editor y de los coordinadores, que haya diferencias apreciables en el tratamiento de algunos conceptos por parte de los autores implicados. En este línea, quizás el principal déficit sea la ausencia de índices alfabéticos (por autores y conceptos) y de una bibliografía centralizada, bien por cada uno de los diez volúmenes, bien de la obra en general. La posibilidad de contar con dichas herramientas potenciaría la utilidad de una colección realmente magnífica (ambiciosa y colosal), ya de por si de gran interés para historiadores y público interesado en general. Es de esperar que cuando las condiciones materiales y tecnológicas lo permitan, el Diccionario político y social del mundo iberoamericano se enriquezca de tal modo que su consulta se convierta en algo imprescindible.

Carlos Malamud es catedrático de Historia de América de la UNED e investigador principal de América Latina en el Real Instituto Elcano. Sus últimos libros son Violencia y legitimidad política y revoluciones en España y América Latina, 1840-1910 (Santander, Universidad de Cantabria, 2004), Historia de América (Madrid, Alianza, 2005) y Populismos latinoamericanos. Los tópicos de ayer, de hoy y de siempre (Oviedo, Nobel, 2010).

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Ficha técnica

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