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La frustrada vida de los españoles bajo Franco

Miedo y progreso. Los españoles de a pie bajo el franquismo, 1939-1975

Antonio Cazorla

Madrid, Alianza, 2016

408 pp. 24 €

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El libro reseñado es la traducción que el propio autor ha hecho de la edición original en inglés de la misma obra, Fear and Progress. Ordinary Lives in Franco’s Spain, 1939-1975 (Oxford, Wiley-Blackwell, 2009). Antonio Cazorla Sánchez, doctor por la Universidad de Granada en 1994, y actual Professor en el Departamento de Historia de la Universidad de Trent, en Ontario, publicó hace poco más de un año, también en Alianza Editorial, su obra Franco. Biografía de un mito, traducción asimismo de la monografía Franco. The Biography of the Myth (Nueva York, Routledge, 2014). Vistos desde aquí, considero que quizás ambos libros rezuman en parte ciertos rasgos de la historiografía anglosajona, aun hecha por un historiador almeriense que ha debido afincarse allá, pero que los escribió desde el ámbito académico anglófono y para un público de habla inglesa: exposición divulgadora, afán generalizador, prevalencia empírica y descriptiva, y eso que daría en llamar «síndrome autorreferencial» o «autosuficiencia letrada», que explicito para despejar malos entendidos. Me refiero a esa costumbre de bastantes académicos anglosajones, que no todos, de desconocer con frecuencia o no citar más que parcialmente «otra» bibliografía que no sea la que esté escrita en inglés y publicada en circuitos de divulgación científicos del ámbito académico anglosajón: si no discurres por tales circuitos con buena letra y adecuado acento, no existes, salvo excepciones contadas. Quizás este comentario general sea injusto por simplista o excesivo, de modo que quisiera puntualizar con más detalle esos aspectos que he mencionado en relación con el último libro del profesor Cazorla, formulándome para ello dos cuestiones.

I

La primera pregunta a responder es qué se ha escrito sobre qué o, para ser más preciso, cuál es el estado de la historiografía sobre el objeto de estudio de esta obra y en qué medida su autor contempla esas aportaciones bibliográficas. Habría que colocar el libro reseñado entre las monografías dedicadas a las ordinary lives, siguiendo la estela de trabajos sobre las actitudes y opiniones cotidianas en dictaduras como el régimen nazi en Alemania o la Rusia de Stalin. Antonio Cazorla declara su intención de ocuparse de la vida ordinaria de los españoles bajo el franquismo (p. 15), un enfoque que expone en la introducción del libro desde la apelación particular al caso de su propia familia en Almería (pp. 17-20) hasta la conclusión general de que «el mérito del milagro [del desarrollo español] hay que atribuirlo no tanto al régimen y sus políticas erráticas, como al sufrimiento desproporcionado y constante de aquellos que trabajaron duro, consumieron poco, malo y caro, y no recibieron la educación, la sanidad, las casas, las calles asfaltadas, etc. que deberían haber dignificado sus vidas», pues fueron los pobres quienes hicieron la España moderna de la que tanto se ufanó la dictadura (p. 41). Sin negar lo que esta afirmación tiene de verdad y de juicio moral, me parece que es una aseveración demasiado general como análisis histórico, que simplifica una realidad más compleja, pues sufrir la realidad cotidiana de la dictadura de Franco no supuso sin más que sus apoyos sociales se fracturaran linealmente entre «pobres» y «ricos».

Tal complejidad de actitudes y opiniones populares en sociedades y contextos históricos diferentes ha sido destacada en diversas líneas de investigación. Antonio Cazorla cita puntualmente tres trabajos muy notables (p. 55, n. 16, 17 y 18): Ian Kershaw, Popular Opinion and Political Dissent in the Third Reich. Bavaria 1933-1945 (1985); Simona Colarizi, L’opinione degli italiani sotto il regime, 1929-1943 (1991); y Orlando Figes, The Whisperers. Private Life in Stalin’s Russia (2007), con traducción al español. Pero esto es todo: tres islotes en medio del océano historiográfico de corrientes como la microstoria (impulsada por autores italianos como Carlo Ginzburg, Giovanni Levi o Carlo Ponti), la historia desde «abajo» (people’s history, history from below, enfoque social atento al estudio la perspectiva de la gente ordinaria, como practicaron George Rudé, E. P. Thompson, Raphael Samuel o Eric Hobsbawm), los estudios subalternos, subaltern studies, que desarrollan un grupo de académicos del sudeste asiático en relación con las sociedades poscoloniales (Ranajit Guha, Dipesh Chakrabarty, Gyan Prakash, Gayatri Chakravorty Spyvak), y sobre todo la Alltagsgeschichte, la historia de la vida cotidiana de cuño historiográfico alemán, próxima a la historia de las mentalidades. Esta corriente, influida por la antropología social y cultural, se centra en aprehender la lógica informal de la vida y dejar hablar a los sujetos a través del procedimiento de la «descripción densa», para describir el entramado de significados del grupo sociocultural estudiado y descubrir esa otra alteridad frente a nosotros. Un enfoque que viene siendo practicado tanto por el grupo de historiadores de Gotinga, entre los que destaca Hans Medick y sus trabajos sobre la protoindustrialización, como por los colaboradores de la revista Historische Anthropologie (que acabó subtitulándose Kultur-Gesellschaft-Alltag), cofundada por Alf Lüdtke (autor del libro Des ouvries dans l’Allemagne du XXe siècle. Le quotidien des dictadures, 2000). Estudios que se han aplicado con detalle a la vida cotidiana en la Alemania nazi desde los trabajos pioneros de Detlev Peukert, Volksgenossen und Gemeinschaftsfremde (trad. ing., Inside Nazi Germany, 1982); Martin Broszat, Bayern in der NS-Zeit, obra en varios volúmenes y tomos, que es el resultado del llamado «Proyecto Baviera», desarrollado entre 1977 y 1983, o Lutz Niethammer, Die volseigene Erfahrung.  Eine Archäologie des Lebens in der Industrieprovinz der DDR (1991). Discutibles o no algunos de estos enfoques en relación con la realidad política y social de la España del momento, sus planteamientos y resultados no parecen haberse tenido en cuenta ni explícita ni implícitamente en este trabajo.

Pero me llama aún más la atención que no se citen, al menos en esta versión en español del libro de Cazorla, un buen número de estudios publicados en España durante los últimos años, precisamente cuando el tema de las actitudes y los apoyos sociales al régimen dictatorial franquista en la larga posguerra española y los primeros años cincuenta ha suscitado el interés de un grupo de investigadores. A excepción del trabajo de Óscar Rodríguez Barreira sobre Almería entre los años 1939 y 1953, que se editó en 2008, y de tres monografías más aparecidas después de 2010, Antonio Cazorla no cita varios estudios en los que se analizan ese fenómeno a nivel local (Canarias, Galicia y, sobre todo, las provincias orientales de Andalucía, como es el caso de Granada), además de algunas obras colectivas, que suman más de treinta contribuciones: Óscar Rodríguez Barreira (ed.), El franquismo desde los márgenes (Almería y Lleida, Universidad de Almería y Universitat de Lleida, 2013); Miguel Ángel del Arco, Carlos Fuertes, Claudio Hernández y Jorge Marco (eds.), No sólo miedo. Actitudes políticas y opinión popular bajo la dictadura franquista (Granada, Comares, 2013); y Julio Prada Rodríguez (dir.), No sólo represión. La construcción del franquismo en Galicia (Madrid, Biblioteca Nueva, 2014), sin olvidar varios números monográficos de revistas, empezando por el que apareció en el número 71 de Historia Social (2011). En definitiva, Antonio Cazorla nos entrega ahora su trabajo, pasados siete años desde su edición original, sin contemplar la acumulación de aportaciones y las discusiones de la más reciente historiografía española sobre el tema.

II

La segunda pregunta a responder es qué se dice sobre qué o, en resumidas cuentas, qué se dice en este libro y qué aporta de nuevo. Sin duda, su mejor contribución es empírica, sobre todo como resultado del acopio de documentación de archivo conforme ha ido permitiéndolo lo establecido en la Ley de Patrimonio Histórico Español en relación con el límite temporal para acceder a su consulta. Esta labor heurística se ha centrado sobre todo en varias secciones de fondos del Archivo General de la Administración, en Alcalá de Henares, granero en el que muchos investigadores nos hemos aprovisionado desde principios de la década de los noventa. Antonio Cazorla, a quien conocí y traté en esos años escudriñando cajas y cajas de caótica documentación en ese archivo, nos ofrece una magnífica selección de documentos procedentes del partido único, Falange Española Tradicionalista y de las JONS; la Delegación Nacional de Sindicatos (entre 1950 y 1961); y el Ministerio de la Gobernación, sobre todo las memorias de gestión de los gobiernos civiles entre 1962 y 1975. La síntesis de esa rica documentación articula la exposición que hace Cazorla, prevaleciendo la descripción con un afán totalizante sobre el estado de la sociedad española, principalmente desde comienzos de la década de los años cincuenta. Así, Cazorla explota las posibilidades de esa nueva documentación inédita en un relato ágil y con una forma divulgadora, en el que aparecen algunas voces individuales de testimonios extraídos de la bibliografía secundaria utilizada por el autor.

El libro se divide en cinco capítulos. En el primero, «Las políticas del miedo» (pp. 43-106), se nos cuenta el peso de la violencia política, la represión y el temor, el exilio, el encuadramiento y la falacia política en el proceso de institucionalización del régimen dictatorial. El segundo capítulo, «El coste social de la dictadura» (pp. 107-167), es una descripción de la realidad social: hambre, miseria, corrupción, ineficacia, mercado negro, supervivencia en el ámbito familiar, paro, bajos salarios, inflación, catástrofe educativa. En el tercer capítulo, «La emigración» (pp. 169-228), se destaca el impacto del éxodo rural hacia las grandes ciudades, ahondándose en los desequilibrios regionales, extendiéndose a las áreas suburbanas, el chabolismo y el problema de la vivienda mientras crecía la emigración a Europa. El cuarto capítulo, «El cambio social» (pp. 229-293), aborda la disidencia de sectores eclesiásticos, la moralidad, la irrupción del consumo, el turismo, el papel de la mujer, de modo que las implicaciones políticas de todo ello son expuestas en el último capítulo del libro, «Los caminos a la ciudadanía» (pp. 295-361), que muestra la creciente diversidad de la sociedad española en medio del activismo estudiantil, la oposición obrera y política, y el terrorismo de ETA.

El libro carece de conclusiones. Puesto que no las hay, vuelvo a retomar el propósito que el autor declara en su introducción y, a riesgo de equivocarme, y puede ser que yerre, creo que el resultado de su exposición no es tanto un vívido retrato de las vidas ordinarias de españoles anónimos bajo el franquismo, que sólo afloran puntualmente como preciados hongos bajo la penumbra húmeda del follaje de la historia social, cuanto un cuadro general de las condiciones sociales en ese largo período de la dictadura franquista. La síntesis de la rica documentación de archivo sobre el estado de la sociedad se ha impuesto, desplazando incluso a los aspectos referentes a las actitudes y opiniones populares. Pero, ¿el panorama social resultante es novedoso respecto a lo que ya se conoce? Apenas. Cierro este balance diciendo, por otra parte, que las afirmaciones que hace Antonio Cazorla sobre las actitudes y opiniones en España durante el franquismo ya fueron establecidas en los primeros estudios sobre el tema allá por los años 2000 y 2003: que el miedo y el silencio condicionaron las actitudes de los españoles, prevaleciendo las «zonas grises». Creo que los términos de la más reciente bibliografía, discutiéndose teórica, conceptual y analíticamente la amplitud de los apoyos a la dictadura y la naturaleza de las muestras de disidencia social, han matizado ese cuadro general –como corresponde hacer, sobre todo con análisis a escala local–, pero no ha ido sustancialmente más allá de aquel debate inicial sobre la dialéctica entre consenso y represión en la consolidación del «nuevo Estado» franquista, o al menos no lo ha sustituido por otro que permita una interpretación general de este hecho.

Francisco Sevillano es profesor de Historia Contemporánea en la Universidad de Alicante. Sus últimos libros son Ecos de papel. La opinión de los españoles en la época de Franco (Madrid, Biblioteca Nueva, 2000), Propaganda y medios de comunicación en el franquismo (1936-1951), Alicante, Universidad de Alicante, 2003), Exterminio. El terror con Franco (Madrid, Oberon, 2004), Rojos. La representación del enemigo en la Guerra Civil (Madrid, Alianza, 2007) y Franco, «caudillo» por la gracia de Dios, 1936-1947 (Madrid, Alianza, 2009).

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Ficha técnica

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